Demonios de niebla

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La ausencia paranoica: hostilidad egocéntrica revestida de pacífico-empática. La hostilidad: signos aprehendidos al esconder el grito, la lágrima que brotará para que el mar se filtre por los ojos y lave todos los puntos de mierda que se han quedado grabados en nuestras pupilas.

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Siento que me tienes algo de miedo y en estas ocasiones soy una puñetera antena parabólica del miedo, soy el miedo, el pelo negro de la canción. Y vengo a arrancarte la palidez dental. El juego de mesa más antiguo es el pronombre “mi”. No puedo evitar sentirme… invisibilizade por un discurso articulado por el conocimiento; y es una perla enorme y brillante, me desgarra porque me deshice de ella y la tiré a la lava; y la recupero para colocármela en la frente y volar con mi velero y mis viejxs amigxs, pero a veces me quema y me asusta tanto…

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Jugar con la realidad es de hecho lo menos automático. Déjala desvelarse con tu respiración, con calma. Nunca se ha ido. Tus viajes racionales y analíticos esconden tus percepciones; encuentran las suyas pero vapuleando a las demás. Da paso a que se junten y se reencuentren, a que se fundan sin piedad, pues en esto está la vida y qué si no vivirla. Sumergirse es casi automático y crea puentes para protegerme o atacar; viejo Dani con casco, chiquillo de Oshima que agita histérico la pistola.

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Sedúcete por tu carne y acaricia tu piel templada. Nadie de por sí puede entenderlo. Déjales pasar. Pregúntate: ¿para qué? No lo esperes. Decide, si dudas, dejar de dudar. Saca la cámara de paseo, erguida, lentamente. No abandones el recuerdo de la sensación de que todo está bien. Está ya ahí y tú solo puedes integrarlo en ti para enfrentarte, divertirte, sentir, pensar. Ignora a los jueces, a las voces revestidas de amistosas; es la norma interna retorciéndote el corazón. Que nadie se atreva a retorcerte el corazón.

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Tantos años olvidando una razón fácil: vivir por lo bello, por la diversión, por el amor. Nos han robado el tiempo y tú con potentes máquinas en tu cabeza jugando a thrillers y películas de terror. Tan perdidx, tan inciertx. Que esta realidad se colorea como quieras.

A ponerse fuerte para derrotar a las máquinas de la dominación  y a sus aliados.

Para vivir. Para crear.

Que no se te olvide, que no se te olvide, que no se te olvide.

Recuerda.

No es que puedas, es que eres.

Que no es justo que tengamos que morir de pena.

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Arrastras el castigo por sumergirte. Bañarse en la hiperrealidad es como bañarse en cloro. ¿Dónde la ducha que lo limpie? Si sale agua también con cloro. El centro se encuentra al no buscar. La búsqueda es la tarea que te mandas por no saberte la lección. Por eso usas a lxs demás como centros temporales e hipotéticos de referencia. No estás incomplete porque no te esté sucediendo un gran amor. Tu sacrificio es devorar el tufillo de realidad de la estufa cis-heteronormativa. No dejas de ser siempre lo que quieres.

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Toda sensación de necesidad es metáfora del aire que respiras. Convertirlo en metonimia es jugar al autoengaño, y qué tristeza es aquella que no se puede llorar…

Si enloqueces, cúrate. Busca el lugar: tienes energía para ello y sabes cómo hacerlo. Agradece el existir y el vivir tu vida. Deslízate con el calor. Rechaza crearte a través de comparaciones. Ayuda al mundo a curarse. Al sanar, luchamos sin esfuerzo salvo en la urgencia, cuando también puede ser un juego. Las pesadillas al despertar son carne de Resilencia. Que no te asusten los códigos colectivos, la sensación de que nos adulamos cuando nos compartimos sin máscaras, a sorpresa de lo verdadero. Vincúlate a la vida.

(2014)

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La verdad: Simulación de un paraíso mitificado (el mundo sin control, el amor libre). La verdad es todo lo que se cuela por el filtro del control, lo que no engulle. Los fallos del sistema son su huella (o su registro). Hay una verdad oculta que no es transparente: la que explosiona y atenta contra el filtro aunque sea finalmente neutralizada por cualquier imagen-simulacro.

El simulacro: Niebla espesa de la mente intersubjetiva en este tiempo. Se libera de forma aleatoria y caótica (es un sistema productivo de confusión; como la confusión de las carreteras y los coches para los peatones). Todo pasa a toda velocidad por todas partes en la era de la información. Cualquier discurso potencialmente hegemónico puede ser adoptado mediante su propaganda como fuente de revelación metafísica. Incluso la idea de que la lucidez del despertar en el todo es solo una idea más.

Ese es el poder del simulacro. Convertir la verdad en su imposibilidad, el pastiche de su presencia, en desplazamiento, negación o ausencia. Para simular que la realidad siempre fue como señalan las imágenes codificadas y predispuestas a reproducirse en cada minúscula partícula de la niebla del simulacro. Para simular lo que sea para permanecer. “La cuenta atrás de la autodestrucción del mundo”.

Formas de disipar la niebla: Las imágenes del simulacro son adaptaciones culturales y se materializan en juegos sociales (las colas, las idas y venidas, el visionado solitario o colectivo de pantallas, la interacción cibernética, la conquista amorosa, la ambición laboral, el ego delx artista); y en instituciones (las escuelas que se adornan con colores para atraer a los niños, los hospitales con su atmósfera enfermiza, la constante degradación y humillación que supone acatar una orden ajena, la burocracia). Los juegos del lenguaje o los grados del conocimiento lo replican todo a través de la materia del simulacro (edificios, calles, cuerpos y espacios envueltos y maquinizados, códigos diegéticos). El control realiza un constante registro sistemático que se reinicia en cada producción de imágenes.

La vista debe asumir el simulacro de su intuición y performarse predestinada. Con la ansiedad, la vista no se posa (no se ve nada salvo la proyección del viaje psicótico de la mente).

El aire en las ciudades está contaminado y no se respira bien. Parece que no es suficiente. Huele como debería de oler la muerte de la muerte. La respiración debe asumir el simulacro de su intuición y someterse, como la imaginación, a la lógica del control.

En la dimensión de la mente lo que ocurre es la imaginación. El control educa a ciertas voces para que representen y reproduzcan al control. Al final todas las voces aprendieron juntas. Las voces de las imágenes y las imágenes de las voces sostienen y rodean a, se sobresalen, se extraen de la imaginación, cuya intuición es la magia (belleza, telepatía, amor, totalidad), y no simular estatismo. O un sujeto. O un objeto.

Formas de disipar la niebla: Volver a ver (tercer ojo, realidades no psicóticas), volver a respirar (sin arritmias ni taquicardias, pausadamente, destensando el abdomen, el pecho, la garganta y el resto del el cuerpo).

Los juegos y rituales que se performan en estos dos procesos disipan la niebla, que vuelve sin avisar y que tiene un curioso efecto: con ella todo se olvida, sin ella apenas se recuerda. ¿Quién quiere recordar? ¿Quién se puede permitir no olvidar?

El cuerpo se vuelve cuerpo (el biotecknonecromierdix-poder ya no lo controla ni registra, no podrá preverlo y usar su posibilidad de liberación para perfeccionar su control).

Nombres de los simulacros de las formas de disipar la niebla (si no otro gallo cantaría). De rever: descansar, un break, meditar, irse de vacaciones, inicio, final, fiesta.

De respirar: encontrar la pasión, sé tu misma o al menos relájate, auto-contratos que permiten liberar tensión con amnistías y objetivos, protocolos de cuidado.

Cada persona tiene una experiencia única con la niebla. ¿Quieres hablar de ello como una conspiración, un aviso, una alerta, una profecía, un tema de conversación? (…)

(2015)