Julio

Las nubes comenzaron a fundirse
alrededor de las 7.
Como un chorro de pegamento líquido
pero evaporado, 
el calor insiste a base de lametazos
en ser lo que yo le diga:
sé un transcurrir de tiempo que me implique,
sé la irrupción de un candado.

"This could happen to you",
un despertar cualquiera 
en la comunidad terrible.
Continúa siendo para que yo me extrapole un poco más:
sé entonces un deseo de brisa fresca
insatisfecho,
sé una llamada de teléfono interrumpida
por las máquinas policiales,
sé una puerta,
sé el sudor de mi tripa
y entra por mi ombligo,
extírpame la espiral de fuego entrecortada
que me sitía el corazón.

¿Yo juego a ser sol?
Pues que me convierta en llama.
Sé el sonido de las campanas,
deja que te respire pegajoso
y tráeme el piar del pájaro
que revolotea en los márgenes
de tu estela ondeante.

¿Por qué (no) juegas a agotarme?
¿Por qué (no) juegas a otra cosa?
Conviértete: en cualquier delirio
al menos.

No: fúndemelo.