Ex-tratos de “Fotolog 2010”

Enero

1

Me duelen tanto algunas partes del cuerpo. Esta mañana ha sido como renacer. De repente, abro los ojos y me encuentro en MI cama. No tengo ningún recuerdo de desvestirme y meterme en ella, así que me ha sorprendido. Por costumbre, me he metido un dedo en el ojo pensando que me había acostado con lentillas. Tras varios intentos (ahora también me duelen los ojos, claro) he ido al baño y -después de continuar intentándolo, por cierto- me he dado cuenta de que ¡oh!, me las había quitado. Bien, bien. He vuelto con los dos sombreros, con los zapatos. Sin tabaco y sin pipa. Creo que me compraré una negra y marrón clásica, aunque esta otra me gustaba. Bien, bien. Podría haber sido peor.

Ayer me lo pasé bien. Fue una fiesta muy familiar y estuve tan agusto con la música. Ay, joder, esto no me gusta. Ayer por la noche me sentía un extranjero. 23:00, esperando ESPERANDO unas putas campanadas. Por primera vez en mi vida no me parecía mágico, ni siquiera me ponía nervioso. Pero a la 11a campanada sentí un pinchazo. Adiós, 2009. Lo dije. Ahora tengo que estudiar. Hace un año -el día 2- actualizaba con una canciónpoema de Morrison y comentaba (no el 1, extraño) mi situación monografía- soloencasa. Es todo tan parecido. Decía unos días después:

“Me preocupa una adicción, una falta de tiempo futura, una falta de SER y que te mueras. Eso de aquí a mayo.”

La adicción maduró, el tiempo faltó, conseguí SER y Pizca acabó muriéndose al día siguiente. Ahora no me preocupa prácticamente nada. Ni siquiera me estreso pensando en lo que tengo que estudiar. En fin, sólo quiero organizarme económicamente y planear más viajes. Me he dado cuenta de que los viajes, más que casi ninguna otra cosa, me alegran. Mucho. No quiero parar y no voy a hacerlo. Ay, no hay planes para este año. Las cosas que terminaron lo hicieron ya. Que acabe no significa nada.

Me estoy cansando. Me queda poco para terminarme El Hobbit y llevo sin comer 24 horas. En plan serio, claro xD.

2

Creo que hay un factor importante que suele pasar desapercibido: la película es, sobre todo, la muerte del personaje como tal y su superación. Sí, precioso es ver cómo Amélie construye un mundo imaginario con detalles mágicos y atractivos, pero no es que así llega a ser feliz. Es algo que queda claro. Al final, esa chica solitaria y fuera de lugar en El almuerzo de los remeros salta y conoce al chico del que está idealmente enamorada; destruyendo así, pues, la posibilidad de continuar su eterno sueño insatisfactorio. Las personas especiales deben construír magia a su alrededor; pero su vida no es esta magia: ¡ellos lo son! Las historias deseadas acaban con la especialidad, puesto que tienden a consumir a la persona que las alimenta. Impedir relaciones que podrían existir no es de alguien tímido, es de alguien cobarde. No es de alguien especial e interesante, joder, es producto de una incapacidad preocupante por intentar ser feliz. Yo voy dejando poco a poco ATRÁS los 16 años. Conocer lo nuevo aporta la magia más fuerte que pueda uno imaginar. No os cerréis, Amélies, porque acabaréis muriendo entre recuerdos de cosas que nunca fueron. Y sí, los tiempos siempre serán difíciles para los soñadores. [Coolcucumber el 03/01/2010: Estoy de acuerdo contigo, eso es de cobardes. Pero, joder, los cambios no son tan faciles para una persona que lo ve todo tan lejos. Y de ahi los sueños y la desesperacion por no vivir en mayusculas, el unico impedimento para todo es la persona misma.Hacia muuucho que no abrias los comentarios. ñañaññaññañaañañaña jo.]

4

Hoy he soñado que me iba andando lejos, creo que a Rusia o a Sudamérica, con vosotras dos. A veces aparecía también Inma, y hasta Mariluz.

5

Hoy he soñado algo terrible. Nunca recuerdo haberlo pasado tan mal en estado onírico (que no en vigilia, claro). Ha sido traumático. Todavía ahora, cuatro horas más tarde, me cuesta concentrarme y reaccionar. Lo apunté todo en un papel.

A las 9 de la mañana despierto. Salgo del sueño. Era como si realmente volviera a esta realidad, puesto que salí respirando rápidamente y gruñendo y me encontré en mi cama haciendo lo mismo. Todo por Theodore. En fin, enciendo la luz, me enderezo, intento tranquilizarme. No me podía imaginar cómo diablos había soñado algo así. Y es que aquí, ahora, sonará totalmente frívolo y hasta infantil. Pero de verdad, lo que yo sentí supera todo eso.

Para empezar, realizaba un viaje con mis padres y un grupo de gente por el norte de África. Nos asentamos en un gran caserón semi-abandonado. En una habitación había un agujero cuadrado. Por la noche, la gente comenzó a caer en ese agujero. Algunos se acercaban y se resbalaban; otros, bailando o cantando, no podían evitar aproximarse lo suficiente como para ser absorbidos por la oscuridad. Parecía que nadie se daba cuenta, o al menos, se preocupaba; incluídos mis padres. Salvo yo. Intenté ayudar a tres personas con cuerdas: los tres cayeron. Cargué con esa culpabilidad. Por alguna razón, está escrito “desconfianza de mi hermana”.

Tiempo después, me reuní con un grupo de gente (entre los que se encontraban personas de mi clase del BI, lo que no es raro puesto que ayer hubo cena con ellos). Sentía cierta sensación de peligro. La casa a la que fuimos esa noche también tenía signos de abandono. La gran sala tenía forma de circunferencia. En el centro, había un gran agujero. Encima de él, una cuerda. De nuevo, esa noche la gente comenzó a bailar, cantar y reír. Algunos intentaron trepar por la cuerda hasta arriba para balancearse. Empezaron a caer. Sólo unos pocos nos dábamos cuenta de la gravedad del asunto. Otras tres personas cayeron, intentando yo salvarlas. Tenía algún vínculo sentimental con ellas. A la hora de la partida, comencé a llorar como un loco y a culpabilizarme por todos ellos. Patricia y alguien más me aconsejaron que no servía para nada. Toda la gente se preparaba para marchar como si en la noche anterior no hubiera muerto nadie. Me sentía incomprendido y fuera de lugar. Todavía tengo un nudo en la garganta.

Luego hay una tercera escena. Ocurre en la casa -imaginaria- de un amigo de mis padres. Al parecer, había desarrollado yo un miedo increíble a las alturas. La casa de este hombre era enorme y de mármol. Recuerdo un desayuno: estaba asustado porque el suelo resbalaba y era fácil caer al vestíbulo desde el comedor. Mis padres se burlaron. De repente, vi algo que me llamó la atención debajo de las enormes y altas escaleras que subían del vestíbulo al comedor. No puedo recordar con precisión qué era, pero lo relacioné inmediatamente con los agujeros. Fui allí como pude y me encontré con una mujer alta, de pelo negro, y aparentemente ciega. Supe entonces que ella era la culpable de todo, quien había atraído a la gente a los agujeros. Se llamaba Theodore. La culpé y se rió; seguí culpándola. Estaba lleno de furia. Comenzé a resoplar y a gruñir. Cuando estás durmiendo, expresar sentimientos (llorar, gritar de miedo, reír de alegría) se convierte en la misión de un moribundo. Si te observan desde fuera, sólo estás haciendo pequeños ruidos. Yo desde dentro estaba estallando. Me he despertado gruñendo. Gruñendo y muerto de miedo. En fin, hacía años que no necesitaba encender una luz durante unos minutos.

Luego soñé que estaba en una guerra de algún país árabe. Cuando me levantaba eran las 18:00 y había una enorme tormenta. Los rayos caían en el para-rayos de mi edificio y el agua se filtraba por la doble ventana. Intenté arreglarlo y se desencajó aún más. En fin, me ha costado aceptar que sólo era la una.

No sé por qué me ha ocurrido, pero estoy enfadado y preocupado. Pensé inmediatamente en mandarte un mensaje. No, a ti no, joder. Para qué. Supongo que la otra persona ya no tiene el móvil encendido por las noches.

7

Está nevando; nevando, lloviendo, nevando. He soñado contigo. Justo hoy, esta noche. Estabas igual que cuando me despedí de ti. No te has ido. Estás todos los dias, en cualquier parte.

7 de enero. Hace un año fue el día más triste y bonito. Hoy nieva por ti, por tu sonrisa perpetua y tu mirada de magia. Por ti.

9

Me he quitado un peso de encima de trece meses. O eso espero. Ayer vi una obra de teatro que me gustó y no estoy enfermo. Vuelvo a beber leche. Hoy me afeitaré. Estoy comiendo cereales y ¡oh!, esta noche celebramos invisiblefriend entre 0509.

Me apetece montar a caballo en un desierto y pasear por un bosque abrigado. Yo, no el bosque. Pero no con este frio. Con otro. Como en el Bosque Cerrado. O andar por la calle de una ciudad vieja y ver carteles de cosas que ocurrieron, de estos que están roídos. Bruselas era un poco así.

13

Me gusta demasiado este tiempo como para verlo desde aquí, tan dentro de lo mío y él tan fuera, como un compañero lejano.

Estudio y le veo tras la ventana, y me encantaría correr un poco por la calle y fundirme con tanto blanco de cielo o fumar y echar mi humo a la noche. Estoy comiendo (comiendo, sí) Cola-Cao al modo Inma y me he comprado una bata bonita. También engullo bombones y pienso en regaideas. Jjjjjjji. Nunca pensé que Derrida y Foucault serían tan útiles. Toda mi vida escuchando a ancianos zarandear como hechiceros al relativismo, bien defendido por ésos y siempre respetando a Nieztsche. Bueno, aquí tengo a mis ésos. Creo que ver su rollo postmo como algo negativo es limitante y también tu puta falta de abstracción. Aprovecha los treces para los rituales; los miércoles son igual de negros por la noche que los viernes.

*

Estoy cansado de tanto emotional rollercoaster. Pero es tan curioso. Hace dos horas quería pasar con mi cama toda la tarde y ahora estoy hiperactivo.

*

No nos sentimos de la misma especie porque creo que no somos capaces de entenderlo. ¡Framing! Bueno, resulta que necesitamos ver cifras para hacernos una idea, y ni aun así. Yo no puedo imaginarme a un millón de personas; lo máximo ha sido la batalla de Minas Tirith en El Retorno del Rey. Somos tan limitados a nuestra esfera. Si viajamos al epicentro de la desgracia conoceremos, sólamente, esa desgracia. Entre tantas y tantas. Por eso buscar el amor, aquí y ahora. Es tan necesario. Si no nos volveríamos locos.

A propósito de desequilibrios: Tolkien me sorprende cada vez más. Para empezar, la aparición de Glorfindel es curiosa. Es bastante probable que coincida con el mismo que luchó contra el Balrog en Cirith Thoronath, permitiendo a Tuor e Idril huir de las ruinas de Gondolin. Aparece de nuevo en Imladris; junto con Elrond, el Medio-Elfo. Bueno: el vínculo es innegable. Es nieto de Idril y bisnieto de Turgon, es decir, su heredero directo. Es bonito pensar que los Elfos disponen de esa gracia. Y a propósito del rey de los Noldor en la Tierra Media, ¿Galadriel o Elrond? Porque a Galadriel se la trata como a una Avari (siendo la única hija de Finarfin, señor supremo de los Noldor, viva; la más anciana de la Tierra Media junto con Círdan el carpintero de barcos, quizá su tío segundo). Por Dios, Lúthien riéndose de Sauron y Melkor, y Gandalf temiendo a los Nueve. No es serio. Por muy limitado que esté. En fin, Tolkien me sorprende.

Llevan al hombre rodando loma arriba y lo arrojan a la luna, mientras que los caballos galopan de espaldas y la vaca cabriola como un ciervo la fuente se va con la cuchara.

Es una canción de Bilbo que Frodo canta en el Poney Pisador. Todas las estrofas son prácticamente equivalentes en lo que se refiere al grado de surrealismo. Me encanta, me encanta. Continúo estudiando. Quiero emborracharme.

*

Quiero verano. Sentir el verano. En Ibiza, especialmente, era estar dentro del verano. CALOR. Veinticuatro horas del día. Hasta al salir de la ducha el agua se confundía con sudor. Pero al cabo de un par de días te acostumbras, aunque sigue sorprendiéndote cómo las putas inglesas son capaces de pintarrujearse tanto la cara. El maquillaje debería de evaporarse.

Tengo ganas. Estos días, ESTE DÍA, me aviva tanto. Ver el cielo BLANCO. BLANCO. Con alguna que otra línea azul. El cielo azul es agobiante. El cielo blanco está lleno de texturas.

Cinco días para terminar y empezar.

*

Hoy tengo sueño. Bueno: no he hecho nada. Salvo dormir poco y un examen (y ocio, y ocio). La cosa es que necesito dormir ya. No entiendo a Aragorn: apenas duerme. Durante los veinticinco o treinta días que tardaron los cuatro hobbits y el Montaraz en llegar a Rivendel, éste se queda despierto numerosas noches. Y también cuando la Compañía está completa y se disponen a entrar en Moria. ¿Y cuando Gimli, Legolas y él persiguen a los orcos que raptaron a Merry y Pippin? Ay, quiero llegar ahí. A ver cuánto tarda el hombre sin dormir. Qué envidia. Me siento como un hobbit gordo y vago. Yo necesitaría mis ocho horas diarias: porque podría estar despierto y con energía, pero en un estado de mal humor bastante insoportable y sensorialmente alterado. Ya he estado ocho días durmiendo una hora diaria y me sentía como un animal; escuchando sonidos extraños y viendo colores en zonas lisas.

Vale: quiero ir a esa playa. Tú me entiendes. Luego, cualquier cosa. Necesito llamarte (a ti, foto) e ilustrarte. Puede que te parezca bien.

Me encanta estar en mi cama y ver a Sara y hablar; que pasen dos horas y que apenas lo note.

Quiero cambios y vitalismo. En fin, lo tengo. Lo estoy teniendo. Los siento entre mis manos de pensamiento y los estrujo y quiero que me lancen hacia el futuro. Bueno, allá voy.

*

Resulta que he vuelto a soñar una tontería de estas que me hacen pasarlo mal. En fin, no ha sido grave; simplemente angustioso. Al levantarme apenas sentía nada salvo enfado por mi puto subconsciente.

Bea nos había invitado a pasar unos días a casa de su tía a saber en dónde. Íbamos a ir el grupo reducido de X-BI, sin contratiempos ni sorpresas. Recuerdo que me levanté muy temprano y con ilusión. Pero en Barajas, me encontré con medio BI y fantasmasdelpasado que estaban ahí porque PRETENDÍAN venirse también. Por supuesto, Bea no los había invitado. Sentía que estaban ahí para molestarme a mí. Dios, iban a viajar a la casa de dos habitaciones de Bea. No tenía sentido. Me puse a gritar a todo el mundo como un loco (eran como treinta personas) y hasta decidí que ni dios iba a viajar (era el único que sabía la dirección xD). Apareció Alejandro-amistoso para saludarme y le mandé a tomar por culo. Se puso a llorar en unas escaleras pero me daba igual; estaban ahí para MOLESTARME. Odio a la gente imprudente que no se da cuenta de que molesta en ciertas ocasiones, joder. Demuestran sus pocas luces, su falta de empatía. Como si hubieran cerrado la capacidad de percepción del mundo exterior cuando cumplieron los cinco años.

Vale: me aburre mucho Economía. No soy capaz de querer entenderlo y mi silla es una mierda. He dormido con montones de ropa tendida y huelo a suavizante. Me duele la cabeza. El agua evaporada se ha llevado mi calor interno.

Luego soñé que estábamos en Madrid-desertificado y que venían SaraCrisMaría a vernos. Laura se quedaba un rato hablando con ellas.

*

Voy a estallar. Me siento igual que un viernes a las… nueve de la noche. Sí. Un viernes después de seis horas de cama, cinco de clase y tres de transporte. Mi cabeza, cansada; y mis ojos cerrándose poco a poco. La cafeína no me hace una mierda. En serio. Creo que las sustancias estimulantes me tranquilizan. Al menos las legales.

Pero estoy contento. Voy a salir un miércoles. La última vez que salí un miércoles en horario escolar era mi cumpleaños. Creo que cumplía 15 ó 16. Me fui con mi hermana, una amiga suya, María y Cris a una tetería. Probé mi primera cachimba y me sentí adolescente. Me gustó esa noche.

Según Galadriel, “[…] se dice del Señor de los Galadrim [su marido, Celeborn] que es el más sabio de los Elfos de la Tierra Media.”, afirmación que puesta en boca de esta mujer me hace replantearme ciertas cosas. Que se sepa, de los Teleri -Nandor y Laiquendi, habitantes de Beleriand o los que se quedaron al este de las Montañas Nubladas, lo que los une directamente con los Elfos del Bosque Negro y los Galadrim de Lórien-, y sobre todo, de este grupo, los Sindar de Beleriand y del reino de Doriath, sólo Círdan el carpintero de barcos y Celeborn, entre los grandes señores, siguen con vida (lo que supone que también su séquito más cercano). De Celeborn se dice en El Silmarillion repetidas veces que es pariente del rey Thingol, y hasta príncipe de Doriath, por lo que podría pasar por primo. “[…]ha residido en el Oeste desde los tiempos del alba.” Si con alba Galadriel se refiere al sol (el Espíritu de Fuego Arien), producto del Daño de Melkor y Ungoliant al destruir los Árboles, Celeborn es incluso más pequeño que su mujer y, por supuesto, menor que Círdan. Si suponemos que se refiere al despertar de los Primeros Nacidos en Cuiviénen, de otra cosa estamos hablando. Celeborn sería, quizá, el único verdaderamente primer nacido de la Tierra Media, dando por echo que los Avari fueron asesinados o raptados en su totalidad. Otorgar a un Moriquendi el más alto grado de sabiduría, es dar por hecho que la de Elrond (bastante joven en comparación con los anteriormente nombrados) es inferior; se entendería la temerosidad de Galadriel como un acto de auto-reconocimiento de su superioridad tan evidente. Bueno, puede que discrepe. Las intervenciones de Celeborn ante la Compañía no me gustan, aunque quizá esa hostilidad hacia Gimli es lógica (los enanos mataron con absoluta crueldad a Thingol), pero guardar resentimiento es poco prudente.

Aun así, es gracioso ver cómo un Moriquendi se nivela a los Laiquendi; estaba ya harto de que los elfos de la oscuridad estuvieran tan mal vistos. En realidad, me parecen los elfos más pacíficos: los graciosos y livianos elfos verdes de Ossiriand o los tranquilos elfos de Lórien contrastan demasiado con la agresividad de los Noldor (los hijos de Fëanor asesinaron a los niños de Dior), aunque no con el temple de los Vanyar y los Teleri de Tol Erëssea. En cuanto a la sabiduría, elegancia y grandeza, ya sí que no hay comparaciones. Por lo tanto, los Noldor constituyen realmente la diferenciación entre los primeros nacidos. Creo que por eso me gustan más.

Debe ser curioso y bonito ver cómo Elrond trata a la abuela de su esposa, Galadriel; y aun así, pariente lejano (y único) al Este del mundo. Y cómo su hija, Arwen, se parece tanto a Lúthien; seguramente amiga de Galadriel cuando todavía moraba en Menegroch y bisabuela del Medio-Elfo. Me gusta pensarlo.

Ay. Creo que nadie (salvo Carlota, si se digna a leer todo esto xD) ha entendido nada.

22

Felicidades.

Aunque el 19 sea un número horrible. Teóricamente, tendría que corresponder a la mejor época: universidad, fin de la adolescencia y comienzo de la juventud. Tienes un año para concienciarte de que los 20 están a doce meses; los 20, con las cargas que supone y la liberación. Porque los 20 son liberación. Como si te dieran un billete para viajar a miles de situaciones que antes ni habías concebido. Digamos que los 19 son la etapa preliminar. Además, ya han ocurrido cosas que pasarán a la historia de tu vida. Podrás contar a tus nietos que empezaste Derecho y, en un ataque de locura, dejaste la carrera para comenzar Filosofía. Es una buena anécdota. También que suspendiste todos los exámenes de un curso. Tus nietos mirarán a su venerable y bonachona abuela con acento gallego que se mece en la hamaca mientras les hace una bufanda y lee algunos pasajes de Ciorán y no podrán creérselo. En fin, pensar en este tipo de cosas queda totalmente fuera de la agenda 19. Y también si dejaremos de cantar Forever Young a los 35 ó a los 40. Por ahora, lo cantaremos siempre.

Piensa en lo que tienes, quieres y tendrás. Las cosas son o no son, y creo que ahora mismo hay y mucho. Te lo has ganado, y aun así te mereces más.

*

Eran las 6 ó 7. No recuerdo cuándo cerraba el Magnet; creo que las 7:30. Amanecía tan temprano que andaba descolocado todo el día. Resulta que antes estuve en esos sofás rojos y viejos que estaban en las paredes. La gente se sentaba para hacer el gilipollas pero yo me senté porque no podía estar de pie. Me dediqué a observar la sala durante un par de horas. No podía hacer otra cosa. Recuerdo incisos de gente hablándome, hasta una conversación-back con un estudiante de restauración (¿de muebles?) en Frankfurt. Creo. Luego se fue vaciando y viniste tú con el pobre chileno. No sé cómo se dio por satisfecho cuando le expliqué la forma de volver al albergue. Luego al llegar nadie le había visto. ¿Perdió al final el avión? En fin. Viniste tú y me hiciste despertar en un momento para aparentar que estaba triste o yo qué sé. Te dije algo de Ole-hulo y pusiste cara de solterona, esa que tanto haces de vez en cuando. Como si cantaras ópera. Pedí un vaso de agua y la camarera me dio una botella. Estaba volviendo a pensar y el puto síntome post-depresivo se iba. Entonces pedí Creep y fue algo necesario. Tan oportuno. Luego salimos, con esa luz que parecía de mediodía y las calles ocupadas de piares de pájaros y ausencia de humanos. Creo que empezó a llover. Somos tan dramáticos. Pusimos nuestra sonrisa resignada (yo, forward; tú, O.) y comenzamos a andar. Luego vimos a Laura tumbada al revés en un banco y todo cobró sentido.

Odio que el día se vaya ahí fuera. Me dan ganas de gritar por la ventana ESPÉRAME y salir corriendo para al menos sentir algún rayo de sol. antes de que se esparzan por todo esto.

*

Poco nuevo se puede decir del famoso síndrome de Clerambault, la erotomanía, la obsesión de las obsesiones. Descrita ya anteriormente por estudiosos durante la larga trayectoria temporal de occidente como Hipócrates, Ferrand o Esquirol. Este último diferenciaba la erotomanía de la ninfomanía a principios del siglo XIX con los siguientes términos: En la segunda el mal se ubica en los órganos de la reproducción, cuya irritación hace reaccionar el cerebro. En la erotomanía, el sentimiento que la caracteriza está en la mente¡Los que padecen erotomanía nunca atraviesan los límites de la adecuación, permanecen castos!. El síndrome puede estar acompañado por esquizofrenia paranoide; aunque su forma primaria, sorprendentemente, sólo supone un grado de delirio. El sujeto está absolutamente seguro de que ama al y es correspondido por el objeto, de una posición social (de estatus, económica o intelectual) normalmente superior. Esto es efecto de supuestas señales o coincidencias que el sujeto interpreta como impetuosos símbolos de amor. El rechazo es la confirmación de la correspondencia. El primer caso de estudio de Clerambault fue, precisamente, una modista francesa que estaba enamorada del rey Jorge V de Inglaterra. Realizaba frecuentes visitas a Londres y se apostaba en frente del palacio de Buckingham. Según ella, el rey le transmitía su amor por medio de las cortinas y otras señales. Todo el mundo sabía de la relación entre ambos. Clerambault definió el transtorno como peculiar: el sexo estaba en segundo término, casi ni se mencionaba; cuando ocurría, el sujeto hasta se ofendía.

Volviendo a las características: el sujeto intentará comunicarse con el objeto de forma gradual y poco directa. Los pacientes con este transtorno reciben psicoterapia a largo plazo y medicación psicopática. Su curación está relacionada con el desarrollo de su psicosis subyacente; ante el pesimismo de algunos psiquiatras, otros aseguran que cuatro de cada cinco consiguen -por medio de una profunda terapia- acabar con el delirio. El delirio de los narcisistas que proyectan el amor por sí mismos en los demás; que toman la esfera pseudo-radiante y fantástica de esos objetos de estatus superior y se los importan. De esta manera escapan de su insignificancia. Te quiero a ti porque a través de ti me quiero a mí, y porque sólo a través de mí tú tendrás el amor. Curioso.

Amor perdurable es una novela de Ian McEwan, escrita en 1997 y publicada por Anagrama en España. Sorprendente ver cómo el autor ahonda en aparentes trivialidades, dilemas convencionales que podrían carecer de importancia. Salvo cuando él enfoca su luz narrativa. Y todo por la imprudencia de un abuelo y su globo.

27

I like to dance all night, summons the day

But that’s how I play, yeah that’s how I play

I said who are you? Don’t matter who you are

So we dance all night and dance all day

27. Necesito encontrar una habitación en algún piso de Soho, Bloomsbury o City [?]. Estoy harto de escribir perfiles y subir fotos en páginas extrañas. Me apetece que llegue febrero, febrero libre e idealizado, ¡primer febrero sin exámenes! Quiero disfrutar del 2, fluir, respirarlo. No pensar sino limitarme a relacionar sensaciones. Como un animal. Necesito animalizarme un poquito. Lo racional, como espectador externo. También necesito sentir un fin de semana. Fin de enero, fin de semana. Enero, el mes eterno. En serio. El mes eterno casero. Como diciembre pero viejo, conservador, hogareño. Navidad tendría que haber sido en enero.

Mi cama me da miedo. Creo que, si por ella fuera, no haría otra cosa que dormir. Ayer estaba y pensé oh, podría ser. Bah.

Febrero

3

Lost. Vuelven, pero me contento con llevar tres días siendo responsable y haciendo lo que debo hacer. Me siento entre orgulloso y aburrido. En fin, estos estados suelen durar menos de una semana, así que mejor sentirme orgulloso y pensar que esto llevará a mayo. Mayo y el fin y los viajes. Porque tengo unas ganas de verano inimaginables; no por el calor insoportable de aquí, sino por la posibilidad de libertad. Me agarro a la idea de libertad (y a la opresión como fuente de mi insatisfacción) más que nunca. Algo en mi pecho se enfada, como un nenúfar de Vian; necesito poder respirar y arrancármelo. Los gritos y las prácticas de la universidad alimentan a ese nenúfar. Quiero ir a la playa y llevar tirantes sin camiseta y leer algún libro bonito. Pero estoy contento.

6

Siempre he dicho que tengo buen olfato, puesto que soy mipoe y oigo como un anciano o un extranjero. No es que oiga bajo, es que maloigo. ¡Maloigo! Esto responde a mi otra cosa escrita pero a lo cutre. Resulta que entonces queda el gusto, el olfato y el tacto. Sin duda, los tres sentidos más individuales: no se puede decir que a mí esto me sabe más que a ti, pero sí que este vino es bueno y yo lo noto y tú no. El olor es quizá más cuantificable. El tacto es mágico y solitario. Es para mí fundamental, absoluto. Me encanta tocar cosas. Cada vez que veo a una viejecita con un abrigo de piel no puedo evitar rozarlo con la mano. Me siento a veces pervertido, pero qué mas dará. El otro día una mujer-bisón llegaba un rusogorro blanco (de estos cilíndricos, con poquísima altura y anchos) tan tan suave. Sólo quería rebozar mi cara en su gorro. Lo pasé realmente mal. En fin: incomparable. Vuelvo al olfato. Siempre he creído que es mi sentido más desarrollado. Tengo una nariz grande y no sé. Me gusta oler cosas. Mi capacidad de olfato-aprehensión es prototípica. No, no prototípica. No tiene nada que ver. Es pre-real. Eso. Prototípica es primordial o algo parecido. Pero proto-ciencia es pre-científico. Bah, la cosa es que todavía no tengo un lenguaje olfativo adecuado; que todavía no tenemos, como grupo social, vamos, un lenguaje olfativo adecuado. No hay nombres para los olores salvo los más básicos. Nuestro mundo olfativo es como el mundo visual hace diez mil años. Vivimos en cuevas y cazamos mamuts olfativamente. Dudo que hayamos descubierto el fuego olfativo si quiera.

Así que, para reafirmarme y sentirme capaz, necesito un diccionario olfativo. Nombrar esto no lo valoriza, sino que lo permanece. Hay olores que entran en mí como magia, pero al no nombrarlos, y al funcionar yo como un desgraciado ser del lenguaje, no recuerdo. Se olvidan. No quiero olvidar. Luego vienen y todo revive en mí, pero, ¡sin nombre! Reviven como sensaciones efímeras, confusas, extrañas. Y no me gusta no entender. Me gusta entender y no me gusta no entender. No es lo mismo pero ahora es cierto.

Ay, estoy contento. Me gusta febrero.

12

Vuelvo a Ibiza este verano. He soñado que estaba en Ibiza pero era horrible: una fiesta al aire libre y todo el mundo sudando, sudando muchísimo. Asqueroso. Y encima me había dejado la maleta en el avión o yo qué sé. En fin, lo de hoy (sensación onírica) ha sido genial y divertido. Quiero verano y quiero LUZ. Luz y calor, externos e internos. ¿Palabras que abracen? Por dios. Yo quiero abrazos con palabras y abrazos sin palabras, pero abrazos. ABRAZOS.

Qué raro es todo. De verdad, dónde está el yo de hace ya. Dónde lo habré guardado. Porque leo cosas con tal ímpetu y razón, tan jodidamente diferentes a esto, que me asusto. Me da la impresión de que acabo de llegar, como si fuera el suplente de un puesto perpetuo, ser DANIEL. Perdón, Harold Chasen [?]. Si aceptamos una realidad cibernética que difiere del contacto escrito convencional, también aceptemos esto: proteger la intimidad, maquillar la intimidad o suplantar la intimidad. Yo apuesto por lo primero. Al menos la mayor parte de las veces.

Debo terminar mi redacción de las imágenes y leerme textos de cómo hablan los monos. Dios, la oscuridad viene y va y no me doy cuenta. Al menos cuando está yo puedo dormir y andar por la calle. La oscuridad agarra al viento y no deja que se suelte. Cuando lo hace, ambos se convierten en unos grandísimos hijos de puta; pero bueno, quién no.

Tengo una silla nueva y quiero twist and shout.

*

Hay enfermedades y psicopatías. Lo primero es hasta un cumplido comparado con lo segundo: implica compasión, lástima, justificación. Lo segundo es defensa y rechazo. Ay. La gente que plagia textos ajenos es triste, triste. Deberían hacerse una vida completa, sin ciber-obsesiones, ilusiones inexistentes, sentimientos vacuos. Lo que existe existe y lo que no, no. Parece difícil pero a los 18 debería dejar de serlo. Quien opina lo contrario que madure de una puta vez. Pero vamos, qué asco. Qué pena que no pueda poner en privado el fotolog. [L_artpourl_art el 18/02/2010. Privatizacion. Si la empresa es precioaceptante, en un mercado competitivo, la curva de demanda se mueve pues hacia la derecha o hacia la izquierda, porque varia algun otro factor como puede ser que un huracan arrase el departamento de ecomonia de la UC3M que por cierto esta entre los cien mejores del mundo. He dicho]

17

Tu mánager y tu tó pa ti y pa mí pa siem. Felices 19. Te amo (L). -Vuelvo a Londres; porque a Londres no se va, a Londres se vuelve. Mañana estará lloviendo. El domingo no sé dónde dormiremos; más bien, no sé dónde diablos estaremos. Al menos son menos tres grados y no menos cinco o seis. Ay.

Tanta cosa. En plan de encontrarte de repente a las 5 de la mañana y no sé. Me apetece tanto lo de esta noche. Tocarle el pelo a Bea en 12 horas y chillarle al Tames.

“Ayer me hice tres pajas. Las tres me costaron lo mío. A veces no te queda otro remedio que acabar retorciéndote para conseguir tu propósito, al igual que en cualquier otro tipo de ejercicio. Se trata simplemente de fuerza de voluntad. El que sea capaz de venir a decirme que una paja no es un ejercicio, la verdad, no sabe lo que se dice.También hago muchas otras clases de ejercicio. Subo y bajo andando la escalera. Me meto en taxis y reservados de restaurantes. Voy a pie hasta el Butcher’s Arms y el London Apprentice. Toso muchísimo. Vomito con frecuencia, y éste es un ejercicio que te limpia de verdad. Estornudo, subo al metro. Entro y salgo de la cama, con frecuencia varias veces al día.”

(Amis)

28

Resulta que la ficticia Atonement se ambienta en Dunkerque y no en Calais. Bueno, yo pensaba que podría haber dos lugares de retirada, y Calais siempre tuvo importancia en esto. “En mayo de 1940, fue un objetivo clave de las fuerzas invasoras alemanas y fue el escenario de una última defensa, que permitió que las fuerzas inglesas derrotadas pudieran ser evacuadas desde Dunkerque tras la batalla de Dunkerque. 3.000 tropas inglesas y 800 francesas, con apoyo de barcos de guerra de la Royal Navy, resistieron desde el 22 hasta el 27 de mayo de 1940 contra dos divisiones de panzer alemanas. La ciudad fue arrasada por un bombardeo incesante y sólo 30 de los 3.800 soldados defensores fueron evacuados antes de la caída de la ciudad.” Dunkerque albergó la Operación Dinamo. Como dar una enorme patada a cientos de miles de soldados; pero sólo una. Sólo un pie y una oportunidad.

Cuando fui a Calais (la primera vez; en la segunda ocasión ya estaba preparado) empezaba a tener friebre o mierdas por la garganta, y sobre todo FRÍO. Fue a mediados del viaje más largo de mi vida. Hasta tardé menos en ir desde Madrid a París en coche. En fin, cuando llegué a Calais por primera vez me sentía emocionado. Ese lugar estuvo completamente destruído hace cincuenta años; seguro que tú, mujer de treinta años con bebé, y tú, hombre anciano que vende helados, sois hijos o hermanos de personas que murieron o sobrevivieron en Calais. En fin, todos acabamos siendo hijos de la guerra o de la paz, pero por entonces había leído Atonement unas semanas antes y no podía evitarlo. Miraba a la gente con excitación y les preguntaba sobre la película (“¿Se rodó aquí?” Por supuesto, no me contestaron). Acabamos andando dos horas por carreteras hasta llegar al ferry. Salimos de París (al menos, del hostal de París) a las 10 de la mañana y llegamos al de Londres a las 23. En fin, nos pusimos enfermos.

Marzo

1

Odio las idoteces que se suelen poner de moda. Así, de repente. Como los móviles-cámaras táctiles. No me gustan nada. Quizá porque a mí uno no me duraría mucho, pero aun así me parecen anti-higiénicos y casi obscenos. Todo el rato tocando la pantallita. Luego ésta acaba llena de huellas dactilares y mierdas del dedo. Joder, que lo tocamos todo con las manos. Es como si inventan un móvil lengual: todo el mundo dale que te pego, chupando la pantalla. Poco falta.

Odio marzo. Profundamente. Me recuerda a una mujer insoportable y pseudo-religiosa cuya única misión es tocar los cojones y mirar con cara de buitre a la gente por la calle. Odio marzo y odio haber dormido hoy 12 horas y tener todavía sueño. Dios, “me follo a siete mujeres al mes y aun así me siento vacío”. Yo que tú empezaría yendo a un dentista. Todo el mundo se muere por soltar su mierda cuanto antes; a veces me siento como en un combate de desesperados en vez de en una simple conversación.

Hace un año estaba estudiando la guerra fría y vi La chaqueta metálica. Hace dos, Eyes Wide Shut. Pero ahora no hay nada. Me encantaría estar estudiando historia para encerrarme nueve horas diarias con libros. Eso. ESO. Esto es una mierda. Marzo es una mierda.

5

Nihilismo animal

Ayer Inma no paraba de repetir una y otra vez que estaban por todas partes, que hasta en las paredes, en los escaparates, en las miradas; todas las cosas lo mostraban. Venían hacia nosotros y no iban a detenerse. Mientras lo decía casi llegó a convencerme. Las paredes, cubiertas con graffitis grotescos que apenas se distinguían; en el suelo, en los coches. Las expresiones de la gente también parecían cubiertas de pintura. Pintura de sonrisas malintencionadas y miradas de muerte. Dios, ¿es que de verdad se supone que tenemos que seguir esto? Terminar, empezar, terminar, empezar. No hay términos en el lenguaje que denominen otra senda. Otra senda es desviación, vaguería, inmadurez. Esclavos de las palabras.

Yo no quiero. ¿No os apetece salir de la acera en Gran Vía y correr con y contra los coches? O bailar dando vueltas con los brazos en cruz, o golpear a la pared hasta que te sangren los nudillos. A mí no, pero es lo que acabará ocurriendo. 44 millones corriendo por Gran Vía como locos, sin rumbo, sin orden. Todos buscándose a sí mismos entre la multitud. Los débiles muriendo sepultados por los fuertes.

Dios, sí, sí. Lo tengo. En fin, estoy seguro de que lo haría bien. Si me dedicara y tal. Quizá de los mejores. Y lo digo para justificar lo siguiente: el circo mundial. Un circo mundial de verdad: un circo que sea un mundo. Sería grandioso. El espectáculo televisivo más fascinante. Incluso por encima del ficticio Show de Truman. Y bien: tribus intactas, sin influencia del hombre moderno, neolíticas. Ver y esperar. Introducir elementos sin que se den cuenta. ¿Se formarían ciudades-estados? ¿Intenciones imperialistas? ¿Descubrirían el metal? Podríamos asistir al pseudo-nacimiento de la civilización a tiempo real. Todos viendo en televisión como tiran al río a una mujer adúltera o sacan el ojo a uno que sacó el ojo. No me digáis que no sería rentable. Todo el mundo lo vería. No podrían evitarlo. El mayor experimento sociológico del mundo. La demostración de la ausencia o existencia de patrones comunes en toda sociedad.

Hasta yo lo vería. Me odiaría, claro; pero no podría evitarlo.

9

Hoy hablé al sol por primera vez. Nunca había pensado en hacerlo; no me suele caer, en general, muy bien. Pero hoy, necesariamente, le hablé. Le dije: ven. Ven ya. Date prisa o tendré que ir a buscarte.

22

Confundir luces con reflejos es frecuente. De repente, un charco que alberga luz: parece que la contiene, que vive en él; tan nítida ésta como si de la verdadera se tratara. Puede uno manterse mirando el charco un tiempo: sorprendido por la claridad, las formas, el amarillo intenso. Si se asoma por encima observa el origen: quizá una farola, el sol o la luna. Aun así, algo empieza a fallar: si cae una piedrecita el charco éste se deforma por las ondas. De repente uno se da cuenta de que es falso, representación, reflejo de la realidad: como una fotografía bien hecha o una palabra que no dice nada. La única solución es pisar el charco hasta que el agua se esparza por las aceras y desaparezca. La luz ha dejado de existir: seguirá arriba, en el cielo, o en cualquier otro sitio. Pero, definitivamente, el puto charco no volverá a reflejar luz que no es suya nunca más. Es como estar rodeado de psicópatas: o los matas como si de moscas se trataran o les tiras trozos de pan (como a las palomas o a las ratas) para que se vayan durante un tiempo. Y no sé, pero creo que me encanta matar moscas metafóricas. Aplastarlas hasta que sus sesos escapen de la piel. – No sé qué dije de ellas pero ahora da igual: las nubes son como ideas porque se mueven; van y vienen. De repente aparecen y se estancan durante horas y horas; hasta se confunden con las otras y todo se vuelve blanco o gris o negro. Otras veces aparecen aisladas en el cielo y se mueven como si de verdad fueran a algún sitio. El viento las impulsa como nuestro camino impulsa lo que pensamos. Ayer las miraba, por la noche e iluminadas por la luna: venían y se iban. Me recordaron tanto a mis sensaciones- percepciones-ideas. También a barcos que vuelan deprisa: me dieron ganas de gritar que me dejaran subirme. Volaban hacia el sureste: Ibiza. Como mis ideas. En fin, luego está ella. Es una niña juguetona. Lo sé. Cuando conversamos y se dedica a poner diferentes caras para que yo las interprete, acaba al final revelando lo obvio: sonríe. Como una niña. La luna es una niña juguetona.

29

¿Hace cuanto que no veo Donnie Darko? Le faltan tres meses a los dos años, creo. Vine y me fui. Obviamente, sin volver a verla. Y es que todo se repite. Me viene a la idea el eterno retorno y a Harry Haller corriendo por pasillos dorados. Es como una etapa. Lo recordado vuelve, lo nuevo se recuerda como si se hubiera hecho. En fin: me siento como cuando los padres de Donnie se van y le dejan solo con su hermana. La casa (hasta hace una hora o así, aprovechando desconocida explosión de toroides o adrenalina o a saber) se parecía. El olor: mezcla de tabaco y papel quemado y apatía. Ayer volamos y quiero irme al Tibet o a Nepal para aprender kung fu y abstraerme. No me dan miedo los extraterrestres. Sólo me dan miedo los psicópatas.

Abril

1

Por fin. Empiezo abril mal, peor que nunca. Mientras pensaba que no iba a llegar a mayo busqué otras formas de dormir: nada. Es difícil ser original.

Y hay veces en las que esta cama me parece demasiado grande. Me hace sentirme solo. Por eso no estoy del todo incómodo cuando Inma o Cris se quedan a dormir: me tranquiliza oir una respiración constante (y ruidos raros complementarios).

En fin. Da igual. Casi todo. La gente estúpida que viene y que va, el verde cuando brilla más, los sube y baja de las relaciones. Si te mueres todo eso acaba y ni siquiera sé quién se va a quedar con mis libros. Al menos con unos cuantos.

8

He soñado tantas cosas raras. Veía la Luna y Marte cerca con Clara en un prado y teníamos como dos o tres coches escarabajo verdes. Y no parábamos de ir arriba y abajo porque llovía y luego estaba esa casa. En fin, no sé. Mis sueños me desconciertan. Dicen en Pushing Daisies que son restos de pensamientos que se vinculan al azar, y lejos de creer cualquier tipo de teoría onírica (psicoanalismo, bla) prefiero pensar que estoy ahí también. Como cuando sabes que estás pero sin estar. Hasta me he emborrachado. Ha sido divertido. Ahora tengo hambre y abril avanza como una mosca cuando se vuelve loca. Yo creo que me entienden porque las comprendo; en general, a todos los bichos voladores hay que hablarles con susurros (si no, con gritos) y decirles lo que hay. Tengo miedo del 2 de junio. No sé qué voy a hacer. Sé qué no voy a hacer, pero no sé qué voy a hacer. Echo de menos la probabilidad y la lógica y mira, si, también de vez en cuando el 2008. Ser adolescente era como oh. Aquí estoy yo. Ahora estoy sereno y casi aburrido. Tengo que cortarme el pelo y que miren mis ojos y yo qué sé qué más. Odio tener muchas cosas para un día, me estresa.

Termino las clases el 6 de mayo. Cuatro exámenes después, me voy. Y es que me voy. No sé. Es raro.

Hay muchas cosas. Dios, abril va tan rápido que apenas puedo pillarlo algunos días. ¿Qué ha pasado con enero febrero marzo? Abriré los ojos y estaré en 2020.

Y sí, avanza. Que no tema a mayo y que termine; junio, junio. Maldita clasificación lingüístico-temporal. El tiempo es dinero. El tiempo no es dinero. No. No se desperdicia, se transita. Hace un año rompíamos a una amiga invisible, hace dos años revelaba mi primera verdad. Quizá hace tres años hice algo trascendental (Harold) pero ya no me acuerdo.

15

[Foto de Diane Arbus]

La gente no puede ser más decepcionante porque no sabe. En esa pérdida de la enseñanza racional, disciplinaria, responsable y represiva, se ha perdido en las nuevas generaciones la capacidad de análisis y balance constantes. Proceso que generaba frustración y limitación: los progres de los 70 niegan con la cabeza cuando ven a Fernandez de la Vega en la TV “con esas pintas”. Algunos superponían lo racional y saltaban a lo grande. Ahora no hay nada: se toman decisiones vacuas e infrahumanos pueblan las facultades de ciencias y tecnologías. Y las facultades de letras también. Nadie se salva: la masa, la masa. Antes de ponerme tópico diré que la moda parece ser ahora la decepción pseudo-impulsiva. Ya no hay buenos modales. Y mira que decir yo esto. No creo en las convenciones sociales. Me parecen innecesarias: es como si la venda (casi necesaria) con la que nacíamos hubiera caído definitivamente. Pero creo en vías; vías mejores, vías peores. El compromiso es, definitivamente, una vía fiable en lo que se refiere a las relaciones. No hay relación sin compromiso. El compromiso no es represión: uno se compromete cuando decide. Si no quiere comprometerse, sólo tiene que aportar las razones existentes y adecuadas. Pero es que no hay ya razones. Nadie tiene razones. Breton sólo es surrealista cuando deja de ser surrealista, ¿no creéis? El resto del tiempo es un coñazo. Y todos los que se creen algo con 18. Dios, es que no. No es creíble. Veo mentiras en cada mirada. Con esa sonrisa perpetua y esos ojos de yo no sé qué está pasando pero da igual. Me dan ganas de sacárselos, a menos para que dejen de mirarme. Hoy guié a una mujer borracha que ni leía las paradas de metro y ayer conversaba con alguien que creía ser alguien porque nunca había sentido que era alguien. Creerse alguien sin sentirse alguien es asqueroso. La pureza se huele. Y los actos también. Me dan ganas de afeitarme las patillas y pintarme la cara de colores. Dios. La tecnología nos está matando. Por eso sería ir tan cómodo con una sábana por encima cuando saliera a la calle. Podría irme a vivir a una residencia de ancianos. Los ancianos siguen en la anterior oleada de fatalidades traumáticas. La pregunta es: ¿dónde están los que se quejaban? Están todos muertos. Y de verdad, antes de morir por ellos saco un ojo con cada dedo a todo el puto mundo.

Estoy enfadado porque he dormido poco y ando por la casa como si me hubieran dado una descarga eléctrica con el pum pum pum saltando como un loco. Además de resacoso, claro. Me apetece romper cosas, simplemente. Un zumo de naranja y romper cosas. Cosas y a gente. [L_artpourl_art el 18/04/2010: Esta semana sera buena, ya veras]

22

Dios. Tengo una coraza. Creo que me he insensibilizado de por vida. Iba cerca de Juan Ciervo o Juan Rey o una calle que conozco perfectamente pero de la que ahora no recuerdo el nombre… sí, iba cerca de allí, donde está una sucursal del Ruber para limpiar dientes de viejos forrados con zorro, cuando intenté cruzar la acera y un hombre de traje a rayas verde-blancas se adelanta en coche y casi me atropella. Había escrito atropolla. En fin, casi me atropolla y mientras tanto me miró; creo que se fumaba un puro o alguna otra guerrería. Tenía el pelo blanco y barba y cara de depravado. Me hubiera gustado subirme encima del coche y meter la mano por la ventana e intentar arrancarle algo de la cara pero me encuentro muy débil. Y es que a veces pienso que voy a morirme de un día para otro. Ya es la segunda vez que pasa ESTO, esto de estar así después de y no saber qué hacer. No sé si ver Pussing Daises o hacerme un bizchocho. Podría darme un baño pero acabo aburriéndome: absorbo todo el calor. Mi cuerpo no desperdicia ni una. Yo a veces lo pienso y hasta me siento avergonzado: pobre, pobre. Quizá se merece a alguien mejor. Lo minusvaloro y subordino. Normal que se rebele poco a poco. A veces nos llevamos bien: cuando le pongo crema o salgo a correr o me como un tomate. Pero estamos destinados al fracaso. Noto cómo me quiere matar por dentro. No creo que tenga muchas fuerzas para luchar, joder, no creo. Al menos hoy. Todo el cielo lleno de nubes enormes y grises y blancas y azules y no pasa nada. No llueve, no hay viento; nada. Vivir una catástrofe es convertirte en ser humano: no nos hacemos estudiando carreras, follando o yendo a la iglesia. No. Nos hacemos, nos creamos, en los límites. Hasta que llegue a un límite, un límite enorme, horrible, genérico; hasta entonces seguiré pensando de vez en cuando que nada de esto ocurre. Nada. Mentes binomiales. Algo ocurre porque algo no ocurre. Estamos poseídos por el espíritu antropocéntrico de dos mil años: evita catástrofes para que todos vivamos en una puta ilusión. Y voy a dejar de fumar. Es como chupar un suelo lleno de chicles y chicles que han ido cayendo durante unos cuantos años.

Antes de eso, a la ida, estuve a punto de llorar en el metro. Casimir Pulaski Day. La he escuchado trescientas veces pero aun así, allí, en ese momento; entendiendo cada palabra… bueno. Si me hubiera salido sangre por la boca la gente se hubiera quedado igual de impasible así que tampoco pasa nada. Pero me ha parecido curioso.

I remember at Michael’s house

In the living room when you kissed my neck

And I almost touched your blouse

In the morning at the top of the stairs

When your father found out what we did that night

And you told me you were scared

Oh the glory when you ran outside

With your shirt tucked in and your shoes untied

And you told me not to follow you

24

[Foto de Diane Arbus]

De verdad que no entiendo ciertas cosas. Tengo un adorno de Navidad que consiste en un corazón forrado de purpurina dorada (que suena a dorado de purpurina forrada y que también sonaba a la misma oración origen así que lo borre) que lleva en mi cuarto casi toda la vida. Bueno, no. Creo que lo encontré hace unos meses limpiando el armario. Saqué seis bolsas de basura. Dos eran ropa y zapato para el convento. Otra, para juguetes. Las otras seran basura; basura de verdad. Papeles y envoltorios de chicles y trozos de cosas se amontanaban ahí. En fin, en un momento me pareció absolutamente acertado guardarlas. Lo sigo haciendo. Papelitos y tickets y trozos de cosas que tengo por todas partes porque me recuerdan a tal. Decía que entonces, creo, encontré el corazón y lo puse por alguna parte. Estaba en ese momento redecorando el cuarto y poniéndole el techo y el libro de visitas que pensé que sería últil guardar el corazón para que estuviera presidiendo el libro de visitas. Porque lo colgué (tenía una cuerdecita para que fuera colgado en una rama del árbol) por el saliente de uno de estos bichos que sirven para clavar cosas en la pared y que la mitad de su cuerpo, cubierto de plástico de colores como con sombrero (que se parecen a las piezas de un juego antiguo cuyo nombre no recuerdo, elementos que Magritte usa sin parar y que recuerdan a piezas de ajedrez); la mitad de su cuerpo puede ser utilizado para clavar cosas por la cuerdita, y como el corazón tenía cuerdita pensé que sería últil colgarlo. Así que pensé en colgarlo y luego lo colgué, y quedaba bien ahí presidiendo el libro de visitas. Luego el libro de visitas se caía, se pasaba de hoja, se tocaba demasiado y el corazón siempre se desencajaba del bicho y el bicho también se desencajaba de la pared. Así que se cayó por el cuarto un día de estos. Hoy, buscando magia debajo de la cama, Paula lo encontró y se rió y yo le expliqué que lo utilizaba para presidir el libro de visitas, y no sé si me entendió pero siguió riéndose y a mí me parecía absolutamente normal. Me acabo de acordar así que os lo he explicado.

Dios, mi pensamiento va tan rápido. Y mis manos. Y mi corazón. Si dejo de escribir es como si parara de correr en una carrera. Me alejo de la pantalla. Tengo que volver. Es como necesario. Me aviva. Vivaa. Viava. No se encuentran palabras con tanta uve muy a menudo. Encantado, señora. Oh, no, mi placer. Sí. Estoy contento de volver a verla. Volver, a usted también le debo el honor. Tantas dobles palabras con uve. Qué divertido.

No puedo parar. Ay dios. De verdad que lo intento pero me quedo como atrás. Tengo que volver. Podría reconocer todas las palabras con doble letra que van pasando. Como pasando. Lleva dos aes. Y lleva. Dos eles. Lleva lleva dos eles, no lleva dos eles a secas. Eles. Eles también. Ya no se me ocurren tantas palabras… quizá ocurren y tantas y palabras. Pero palabras ya lo dije, ¿no? He tenido que decirlo. Estoy seguro. Dios, me faltan… Vaya. Ninguna. Ahora faltan y vaya y ninguna, pero antes de esas dos palabras sumadas a esas y palabras y sumadas, pensaba que palabras ya lo había dicho. Porque ahora lo he dicho de nuevo, claro, y sumadas y palabras de nuevo también. Todas. Todas juntas.

26

Verano. Hoy ha venido. En fin, mañana quizá se vaya y vuelva ese extraño híbrido entre primavera y… primavera adolescente. O primavera bipolar. Con el “ahora lluevo” y “ahora mato”. Pero el olor me encanta. El olor de la noche de verano. Las noches de verano son lo mejor que tiene el verano. De hecho, todo lo demás en verano (al menos en Madrid y en media España) es horrible. Odio el verano puro, el verano de salir a la calle y pensar que estás realizando algún tipo de acto heroico al enfrentarte con el sol y las calles vacías. El verano arriba, a partir del Canal de la Mancha, es encantador. Abajo también, pero tiene días y días. En fin, las noches de verano con su olor a noches de verano. Me recuerdan a mi infancia. Tuve una buena infancia oliendo noches de verano y duchándome después de la piscina y jugando a cosas. Y por mi ventana siempre entra el olor a tortilla francesa. Alguien lleva preparando tortilla francesa en las noches de verano once años. Qué gracia.

Mayo

4

Esto es una farsa. Pensé que iba a sufrir una verdadera semana de estudiante universitario y he visto seis capítulos de Glee en un día. Las ventanas, en el fondo, son enormemente útiles. Nos avisan de cómo se mueve el mundo y de cuándo la luz llega y cuándo no. Todo entra por la ventana. Uno puede bajar la persiana y olvidarse por un rato de que nos movemos en un bicho gigantesco que levita epípticamente alrededor de una enorme masa de fuego porque ambos se atraen. Dios. Es como si viviéramos en la espera de lo inevitable. Somos los pensamientos de ése que no se atreve a acercarse a sino que gira y gira alrededor. El castigo por convertir en una constante lo que tendría que haber sido inevitable. Y quizá algún día ocurra: la Tierra cambia su rumbo y gira hacia el Sol y el Sol se come Mercurio y gira hacia la Tierra. Y en los tres o cuatro meses que eso dure, todos acabaremos muriendo poco a poco de calor y las tonterías de sentimientos y trabajos de imágenes, y las guerras y violaciones no significarán nada.

16

Últimamente (año, año y medio) recuerdo cosas bonitas/tristes que me provocan añoranza/melancolía/asco/felicidad con náuseas. Nada que ver con mis naúseas, esas del curso pasado; no, no. Principalmente porque ya no recuerdo nada. Sólo en tardes de domingo en las que el tiempo avanza tan rápido que no hace falta ni quitarse el pijama. En fin, quizá tenga náuseas porque me inflé a muffins o quizá no. Dicen que lo peor que le puede pasar a uno (o algo parecido) es odiarse a sí mismo. Bueno, yo no sabría que decir. No sé cómo odiarme a mí mismo o quererme a mí mismo. Creo que alguien que se quiere o se odia a sí mismo tiene algún tipo de psicopatía leve. Amar y odiar. Son verbos aplicados a personas y cosas de fuera. Dios. No sé. Y sí, hay gente que definitivamente no ha nacido para entender o ser entendida en el lenguaje de signos. Que nadie infravalore por ausencia de comas; la admiración está en observar dos ojos encendidos de fuego y sentir expresividad. Unos miran, otros escriben, otros hablan, otros pintan. Eso sí, no intentes mirar con cara enigmática si no eres enigmático porque parecerás gilipollas. Y no intentes escribir dando por sentado que lo que quieres expresar se expresará porque también parecerás gilipollas. Pero como sólo vivimos aquí dentro y salvo en ocasiones especiales relacionadas con cápsulas blanquitas somos incapaces de salir, todos nos comportamos como gilipollas y miramos enigmáticamente a gente que no sabe por qué cojones son observados de esa manera, y escribimos intensa y frenéticamente pensando que el receptor dirá OH y lo hará. Y no. No.

Ayer, andando por la calle volviendo de algún sitio… quizá no fue ayer sino otro día anterior; la cosa es que pensé lo típico de qué haría yo si supiera que iría a morir al día siguiente… lo pensé y dije: bueno, quizá no valdría la pena vivir. Joder, todo el mundo abrazándote y tú con miles de cosas que arreglar y aun así yendo al baño y bebiendo agua porque tienes sed. Es que es todo tan gracioso. Creo que voy a conformarme con escribir un testamento antes de irme a Londres -por si acaso-. [1209744179 el 16/05/2010: Me quedaria un par de libros y el recopilatorio de Hendrix de tu madre xD. Es broma. No quiero que te mueras. En fin, los domingos suelen ser horribles pero VAYA]

17

Estoy contento y en dos semanas y dos días estaré aún más contento. O eso espero. Sí. La esperanza no existe. Llegué a esa conclusión cuando andaba por una calle enorme donde está el metro de Diego de León. Que existe como construcción cultural; es el eufemismo más sucio del mundo. Dios, el amor, la sociedad de la información… todos existen sólo como construcciones culturales, que no es lo mismo que afirmar que existen siendo construcciones sociales ni, ni mucho menos, que existen a secas. Pero da igual, agarro la esperanza por la cabeza y la abrazo; me niego a soltarla. Como a un peluche. Sigo durmiendo con Demian aunque siempre acabe en el suelo. Sigue sin arreglar mi falta de cariño. Bueno, resulta que me metí a Martínez Izquierdo y encontré la casa que aparece en la fotografía (cortesía de Google Maps). Qué casa tan curiosa. Estuve un buen rato observándola y lo gracioso es que casi todos los transeúntes hacían lo mismo. En fin.

*

Hoy he soñado contigo. Creo que es la primera vez. No tengo razones para soñar contigo, vamos; por eso me extraña.

Resulta que celebrabas una fiesta en el bajo donde ahora vive Luis, un chico con pelo largo que salía en Google Maps en mi calle y con el que hasta jugué cuando era pequeño. Celebrabas una fiesta y supuestamente estábamos “todos”; como siempre, un concepto difuso y genérico que engloba a todos y a nadie. Aun así, no me sentía especialmente cómodo. No sé si fue antes, después o durante, pero creo recordar que mientras estaba ahí (a punto de entrar, o dentro para luego salir y esperar un rato) recordé lo que pasó un verano (u otro periodo de vacaciones) en el que cursé algún tipo de clase en una institución que se levantaba sobre una montaña. Estaba relacionado con lo audiovisual, y recuerdo que en el último día nos entregaron unos trabajos que hicimos al principio un poco extraños. Yo colaboré con Cristina, una chica de clase de 3o de la ESO que en mi sueño había abandonado el curso a mediados. Le entregamos el trabajo en ordenador portátil así que me llevé una sorpresa al ver que me lo devolvían (¡lo había comprado!); así podría llevármelo a Londres. En fin, aun así era todo muy raro porque creo que nos obligaron a ver una película pornográfica o sadomasoquista y nos dejó un poco de mal cuerpo; pero nos despedimos de los profesores y todo era más o menos normal. No recuerdo muchas cosas, claro. Pero recuerdo la sensación de malestar y amenaza. Entonces volvía a la casa donde celebrabas la fiesta; quizá nunca me había movido de ahí o al contrario, eras tú el recuerdo y lo otro la realdiad onírica. De cualquier modo, todo era muy gracioso porque yo sentía que por culpa del trabajo por ordenador algo me había pasado: crecía y crecía, como si estuviera embarazado por todas partes. Así que no entré a tu fiesta por eso. Me he levantado queriendo vivir en mi casa el resto del día. Odio levantarme así. Dios, odio que me obliguen. Que me miren obligándome a expresar algo, que me presionen, que me lean cuando no quiero que me lean, que me toquen. Me gusta la gente que huele a suavizante de la ropa. Creo que me recuerda a algún compañero de la guardería; a Fátima (la gitana) no, pero todos los que tienen un diente negro me recuerdan a ella así que tampoco me disgustan del todo. Es tan difícil a veces continuar simulando que vivo en una red; con sus leyes, sus ángulos, sus texturas. Como sonreír continuamente cuando pasa alguien a tu lado. Un día saldré de clase tras darme cuenta bien; como W en Antonio Machado. Como ante-anoche. Saldré de clase corriendo y llorando como un loco (no recuerdo la última vez que lloré así que no estaría mal) y me buscarán y buscaré y ninguno encontraremos nada. Todos corriendo y buscando y llorando y gritando. Parece que la energía existe para ser usada.

Verano. Sí. Por fin. Creo que estoy en exámenes pero es que estaba soñando algo demasiado comprometido y no podía salirme. Lo siento. Me dan ganas de ir a los ciberlibros y pedirles perdón. Pero ahora saldré a la terraza con el portátil y estudiaré y leeré y haré cosas. El portátil es como un libro calentito y grueso. Me gusta andar medio desnudo por aquí y beber leche fría.

23

Vaya. A veces me arrepiento de no haber aprovechado mi adolescencia in that way.

Envidiaré a las nuevas generaciones. Supongo que nunca seremos conscientes de la suerte que tenemos por nacer después; de la suerte y de toda la mierda que eso conlleva. Somos tan poca cosa. [1209744179 el 30/05/2010: Yo tambien las odiare. Y las envidiare. Y les dare clase]

*

Mis padres han comprado salchichón de ciervo y me niego a comérmelo. Me parece obsceno. […] En fin, si tuviéramos que ir a la caza de la vaca o de la gallina cada vez que quisiéramos comer, muchos nos haríamos vegetarianos. A mí me gusta correr por el monte pero no perseguir a un animal para comérmelo. Pobre ciervo. El salchichón huele a animal muerto y triste.

30

Es todo muy extraño. En fin: las frases me recuerdan a momentos. Cuando en Volcano decía Damien “don’t hold yourself like that, you’ll hurt your knees” sugería y hasta consolidaba una constante: grava fija y gris, corriente de aire, nube perpetua. Pero ahí; estuvo ahí y empezó a estarlo también cuando se dejó ver. El resto es más explícito: “you give me miles and miles of mountains and I’ll ask for the sea”. Todo es así: estamos tan lejos que nunca seremos capaces de entendernos. Como cuando la luna quería ir hacia el sol porque estaba embrigado por su luz. Nunca la alcanzaba porque el sol lo evadía. Hace dos años decía que… bah. Decía tantas cosas. Ahora, de nuevo, todo es muy extraño. Simplemente. No hay nada que no se mueva. Y volveré a necesitar 0 y 9 para dormir la primera noche; volveré a ir a P. park en días de crisis, volveré a Bloomsbury, buscaré todos esos parques, buscaré los bancos, la hierba, los portales, las cafeterías. Estoy condenado a buscar para recordar, entender, olvidar. Quizá no haya otra cosa que hacer. Quizá el resto que nos queda será un devenir continuo de momentos anteriores: transformaciones leves pero reiterativas; como la misma llama en el fuego del cambio. Quizá ya haya llegado. Pero me voy sin arreglar nada; llevo tanto tiempo arreglando cosas que el no hacerlo es anormal. Dios, si es que hasta sigue ahí el “me das asco” después de la primera estrofa. Me voy, me voy, me voy. No hay mejor forma de solucionar problemas que destruyéndolos por completo.

(Y no puedo parar de pensar en un día. No recuerdo cuándo; quizá en el 2008, quizá en el 2009; verano, septiembre, abril. No lo recuerdo. Es atemporal. Pero sí recuerdo que me iba a ir justo después y que tenía que hacerlo. Fui a tu casa corriendo, no podía creerlo. Era tan patético. Fui a tu casa y había empezado a llover; creo que era una tormenta de verano así que seguramente ocurrió en junio. Te avisé y esperé. Esperé durante media hora y no viniste, así que me fui. Totalmente mojado. Era lo que tenía que ocurrir -creo que tú ni te enteraste-. Nada más. Eso. Pero nunca me había sentido así: derrotado, definitivamente derrotado, pero complaciente. Era lo que me merecía. Ahora ocurre algo parecido pero en vez de tú son miles, en vez de la lluvia son días de calma aparentemente felices, en vez de cualquier viaje es un viaje. Quizá deberías haberme… Nada.)

Junio

8

Ya no soy muy capaz de distinguir el compas; quiza nada capaz, vamos. Aun asi, lo he hecho. Me falta una nota. Mas aguda que esa en la que solo se aprieta el dedo gordo (y a la que yo he llamado do). Pero era genial estar ahi, tocandola, y todas las palomas mirandome entusiasmadas y los bichos correteando por la mochila. St James Park tiene encanto. Tambien los desconocidos, claro. Es genial observar como todos se mueven; cuando sigues a unos cuantos, parece que hay una guerra detras o el paraiso delante. Grupos de desconocidos corriendo de algo o a algo y yo siguiendoles mientras tarareo Chelsea Hotel. Demian. Estoy preparado. Ma… y esa letra que le sigue (odio utilizar sustitutivos cutres rollo nh o ni), y luego ana, sera otro dia. For sure. Sera otro dia y cogere un autobus y viajare a Essex. En fin, Londres siempre va a estar aqui. Parece que espera algo, como yo, como todos.

19

Es que no me gusta nada no disponer de acentos ni ñ en teclado ni… no se, esas cosas. En fin, no pasa nada. 19. Llevo diecisiete dias. Es como si llevara toda la vida aqui y a la vez como si hubiera llegado hace dos dias; llegado, nacido, revivido. Revivir tiene una connotacion demasiado evidente: es solo volver a vivir, recuperar la vida; no hacerlo con impetu o excitacion. Estoy trabajando. Me siento como si realizara algun tipo de experimento o juego. O como si estuviera en la escuela. Tengo que hacer esto correctamente y luego hacer lo otro (correctamente tambien, claro) y asi en sucesion. Y hoy, sin duda, fue un dia horrible. Oxford Street es la calle mas repulsiva de Londres. Al menos los sabados a las siete. Y dios, fue tan extraño caminar cargados de bolsas azules y grises mientras el viento nos azotaba; buscando comida, banco, papel de fumar, autobus; luchando contra las oleadas de personas contratadas para aparentar que Londres no murio en el siglo pasado. Y sosteniamos miradas y ellos bajaban las suyas, y aun asi todo seguia avanzando y solo fuimos dos minusculas cabezas (peludas, peludas) que fueron de un lado a otro entre el ruido y las obras y el maldito Marble Arch. Una vez dije que Marble Arch no era tan especial. Ahora lo confirmo. Solo son piedas que cubren palomas y turistas. Pierdo la fe.

Tenemos un problema. Vivamos en cavernas o no, es un hecho. Y el otro dia, al pasear (cruzando Marble Arch, si, de nuevo, solo para llegar a Hyde Park) por la tarde con el sol yendose y el ruido y la gente escondida y yo alli, entre arboles escuchando canciones que alimentan y sosteniendo un cigarro que no pude encender hasta llegar al lago, ocurrio un cambio algo brusco. Pero no, los cambios son integros o se convierten solo en pequeñas cicatrices. Es como una curva en la montaña rusa. Solo significa una variacion; pero uno sigue sentado ahi entre barrotes negros y cosas de esas. Aun asi me asusta. Me siento debil, me siento debil y echo de menos mas que nunca y no, no me gusta. Empece Niebla. No volvere a leer a Kerouac hasta septiembre, lo prometo. Joder, es que necesito tanto. No cosas. A la mierda las cosas. Necesito fuego. Esto es algo que tengo que hacer solo. Mi castigo.

Julio

29

Todo pasa y todo queda; pero no, lo mio no es pasar. En mi todo queda, como las cicatrices de abrir botes de leche y barrer y sonreir. En fin, una sonrisa no es mas que una sonrisa. Uno puede darle todos los significados que quiera: puede intentar leer en los dientes como si de un libro abierto se tratara y todo dependera de la luz, la luz de los ojos que iluminan y permiten entender o confundir, que al fin y al cabo es lo mismo. Y si, la vida es niebla y no hay claridad salvo para los que creen sentirla. Todo consiste en creerlo, como leer un guion e interpretarlo. Es tan dificil. Y adios, junio, adios. Has sido duro. Tengo ganas de julio. Se suele portar bien.

Agosto

14

Lo indudable es que hay personas y… personas. Las últimas simplemente aparecen: como bolas enormes de fuego que te atraen y te queman a la vez. Las demás son pequeños puntos que refulgen -estrellas en la noche- y mirarlas puede ser bonito, interesante, emotivo… pero no sublime. Virginia no nos contó que tenían en común un reloj y una farola y un reptil para estar en la casa de música. En fin, hay cosas que nunca se sabrán.

18

But greed is a bottomless pit

And our freedom’s a joke we’re just taking a piss

And the whole world must watch the sad comic display

If you’re still free start runnin’ away…

En fin: nunca deja de haber otro mundo. Tanto para el sueño como para un esquizofrénico, el espejo aparece y cruzarlo es inevitable. Me gustaba tocarme el ombligo y bailar y escuchar el bajo de la música. Hoy es 25 de agosto y sigo sin estar matriculado. Ay.

28

He soñado que estábamos AHÍ en ese pueblo antiguo lleno de gente como nosotros y estabas solo, estabas solo y lo decías pero también había algo que nos separaba. En los sueños, la figura que suele protegerte deja de hacerlo en algún momento: quizá cuando se hace efectiva la IMPOSIBILIDAD de una interconexión real. Las palabras con el prefijo inter son tan divertidas. Me gusta Band of Horses. Cuando era pequeño tenía una pesadilla horrible que se repitió un par de veces y que iniciaba fiebre. Estaba abajo y no había nadie y de repente comenzaba a sentir el trotar de innumerables caballos y humanos y a lo lejos los veía venir hacia mí y no podía moverme, así que iba a acabar muriendo aplastado y sólo era capaz de mirar y aterrarme y notar como se acercaban cada vez más. Me dan miedo los sonidos que se repiten periódicamente y que son casi imperceptibles. Como golpes en la pared (tan sexual u homicida, joder) o caballos trotando o ladridos o puñaladas o martillazos. Debería comprarme tapones permanentes. Hoy voy a una barbacoa y necesito cortarme el pelo aka necesito a alguien que me corte el pelo.

*

Anoche me costó dormir y por la mañana he vuelto a despertarme sin querer hacerlo. Cada día me cuesta más. Y es que hay veces que me levanto y quiero prender fuego a la nevera y arrancarme la cabeza y vomitar sobre mis poemas. Más me vale no despertarme nunca con nadie que crea que me quiera: entrará en razón demasiado pronto. Tengo ropa tirada por el suelo y basura por la mesa y dios, tanta cosa amontonada que debo ordenar y arreglar. Cuánto tiempo llevaré huyendo de ello. En septiembre me ocupo. Antes de que me maten. Me he empezado Trópico de Cáncer (intenté leérmelo con 12 años pero no funcionó) y tengo una rabia entre la boca y el ombligo que acabará por transformarse en un monstruo horrible lleno de odio y destrucción.

Septiembre

8

Y es que ahora sólo tengo ganas de acurrucarme entre dos hombros y vestir cualquier harapo y reírme sin esperar o con un café, de estos con hielo y en vaso de cristal transparente. Y oír ronquidos, hacer zancadillas y fotos sin sentido, coger el tren y ponerme a cantar ay ay ay ay cuando venga un pájaro o algo de eso. Es divertido coger trenes. Coger cercanías no: la gente siempre es igual. Voy a echar de menos el champú de Inma. En Londres o Ibiza o Lisboa tenía excusa, pero ahora sólo lo usaré cuando vaya a su casa y como no tiene secador acabaré con anginas. También voy a echar de menos más cosas, claro. Pero tengo una sensación rara. Como si todos fuérais muchísimos primos que de repente habéis aparecido. Así que nos fumamos cigarros a medias, compartimos vaso de agua, plato, cubiertos, camisetas, pantalones, toalla, dinero, confidencias y locura, joder, locura. Puedo alardear de haberme bañado en dos de los sitios más asquerosos de Europa -el Regent’s Canal y el estuario del Tajo- y de haber sido timado por segunda vez en el verano. En fin, como cualquier viaje intenso y multitudinario, es imposible que se condensde en un párrafo de mierda como éste. Pero pienso en Salamanca o París o lo que sea que surja y me hace estar contento, de verdad. Es suficiente.

14

Hago cosas y hace calor. Es como un pacto.

19

Me sorprendo de vez en cuando recordando momentos que nunca ocurrieron; pero que tengo tan asumidos en relación con canciones o escenas que salen solos. El sentimiento de añoranza es el mismo. Cuando ocurren nada más que un paso en la forma de situar aparece. Al final todo acaba. Es tan evidente que antes de comenzar, siquiera antes de haberse acabado, está muerto. Quizá si comienza sin preámbulos pueda perdurar unos cuantos días. Me gustaría levantarte un día con el amanecer y atravesar el gris niebla de Madrid hasta alguna estación. Recuerdo cuando mi abuela se murió y tuve que coger un autobús hacia Mérida a las 3 de la mañana con mi hermana. Llovía tanto que nos perdimos y lo perdimos, y nos quedamos esperando dos o tres horas empapados y hambrientos y sin saber qué hacer. Llevo cuatro años huyendo de mí mismo y no paro de encontrarme. Jim decía que lo que más le gustaba de Catherine era su nuca: siempre podía observarla sin ser visto. Yo veo todo a través de mi nuca. Siento que estoy más allí que aquí. Pero en serio, me gustaría caminar con cualquier cosa y montarme en un tren con poca gente y calefacción. Me gusta el silencio del tren y ver la nieve y mirar a los pasajeros. Ayer fue el cumpleaños de Sara y mañana será el mío. Esto de los cumpleaños ha dejado de tener gracia. No me provoca ni un mínimo de excitación. Pero de verdad que me da miedo. Si vuelvo a verla hundida ya no sabría a qué idea agarrarme para sobrevivir a oleada tras otra de…

23

Cosas que me apetecen:

-Continuar leyendo Los Elegidos.

-Tumbarme en mi cama y restregarme contra la manta.

-Magia y Blanca.

-Beber batido de cola-cao.

-Ver a Kitus, vaya.

Estoy contento. Es mejor que querer morirse o no querer nada. Cuando todo se vuelve aún mas raro que uno mismo, la extrañeza es como salir de una película de ciencia-ficción. Y si tengo cáncer en los pulmones me suicido y ya está. Lo que me agobia son los preparativos: los hospitales y los escáneres y el ir y venir entre un montón de gente que me mira como si fuera un bebé descuartizado que aun así es muy mono. Pero vamos, por ahora estoy sano (creo). Sólo digo que si ocurre, ocurre. Las cosas ocurren. Cumples 19 años y las cosas se te lanzan sobre la cabeza como si fueran buitres que visualizan a un animal moribundo en la tierra. Un buitre muerto también será devorado por los demás buitres. En Paddington, cuando de repente se me ocurrió la estupenda idea de vivir en otro lugar y fui a la oficina para preguntar, encontré en Norlfolk Place una gaviota atropellada sobre la carretera. Cerca había otra más: intentaba acercarse a la muerta y a mí me pareció algo tan bonito que casi me pongo a llorar. En fin, parecen más humanas que nosotros, pensé. Pero me di cuenta al poco tiempo de que sólo quería comérsela. Luego también fue atropellada así que no pudo disfrutar mucho.

Lo nuestro es bastante parecido.

Octubre

5

Ay, ay. Estoy contento. O activo. De verdad que una arritmia de vez en cuando va a acabar por sentar bien. Espero que no, vamos. Pero estos cambios de visión existencial semanales (los cambios anímicos diarios, ps; pero…) me están matando. Ahora estoy más activo que un maldito cocainómano y lo peor de todo es que no sé si servirá para algo. Hoy casi veo Placebo (hasta las 9 de la mañana, cuando me enteré de que el concierto se canceló xD) y casi veo una película también. Y casi conozco a alguien. Estos casis hipotéticos que, como preceden a situaciones obligatoriamente irreales, condicionan todo. Malditos casis. Casi se podría decir que yo estoy enteramente formado por casis. Pero vamos, que voy a Salamanca tras tanto hacer-hacer y disfrutaré como un colegial sin neuronas. Qué guay.

13

Eh, oye, párate a pensar. No estamos tan mal. Ayer volvimos de Salamanca y eso quiere decir que seguimos yendo a Salamanca. Año tras año. Como una costumbre sólida y duradera, de éstas que no se acaban pese al mal tiempo. Y raro es que califiquemos a Salamanca de costumbre. Odias las tradiciones, ¿verdad? Las odias porque existen para desaparecer. Pero Salamanca recién se ha convertido en costumbre; será costumbre hasta que se convierta en tradición. Las tradiciones son como los gatos que matan a las ratas. Pasarán muchísimos años y ya nada se recordará de las ratas, pero todo estará plagado de gatos. Y las tradiciones no son suaves y bonitas; sólo pueden parecerlo. En realidad son trampas. En fin, quizá los gatos también.

Es bueno que me duelan partes del cuerpo. Me gusta tener la maleta abierta y libros en la mesa que todavía no me leí. Hoy hizo sol y me entraron ganas de continuar.

 

24

He soñado algo horrible o, al menos, algo desconcertante. Últimamente lo desconcertante suele ser horrible. Lo desconcertante debería ser genial; debería sorprender y oh, arrancar una sonrisa y cositas de esas. Una mierda. Lo nuevo que desconcierta, es decir, lo realmente nuevo, no es más que un incordio. En fin: he soñado que iba a tu casa en Turín o donde cojones vivas (Turin, como Turambar; da miedo) y esperaba en tu salón con dos españoles que esperaban pillarte marihuana. Nos pusiste Holocausto Caníbal y desapareciste. Era muy extraño. Luego también soñe que una enfermera me confirmaba que necesitaba CULINA; al parecer, una hormona cuya ausencia contribuye en la depresión, pero que también está relacionada con el consumo de drogas duras. Por supuesto, yo no tomaba drogas duras y la culina no existía, así que a lloros convencí a la enfermera de que debía ser depresión y me dejó marchar. Fue emocionante y pasional. Le cogí cariño y me levanté pensando que no tenía sentido. Igual que el autobús mágico al que sólo se entra vertiendo un poco de jabón en el mostrador. En fin.

Bendita magia de buenas noches.

Noviembre

1

Por Dios, últimamente actualizo cada semana; y ni mucho menos siento que estoy abandonando esto sino dejándolo respirar. Antes lo atosigaba a frases poco esclarecedoras y asociaciones de ideas de dudosa lógica. Ahora todo es tan similar a lo anterior que poco sentido tiene en volverlo a escribir; como mis doce entradas que empiezan con “Estoy contento” y “Qué gracioso”. Estoy contento y qué gracioso me recuerdan más a un estado mental inestable que a una buena situación. Pero es que hay tantas personas que no deberían leer esto a veces. No me apetece. Me encantaría controlarlo. Nos exponemos como anuncios a un público uniforme y me parece triste y aburrido. No me gusta que me intuyan. Ya estoy yo para sondear, por ti y por mí. Si tienes curiosidad pregúntame, y si sabes que no te voy a contestar no tengas curiosidad. Deberíamos interesarnos por lo que podemos interesarnos. No, miento: deberíamos interesarnos sin tocar las pelotas. Eso suena demasiado violento… Bien: deberíamos interesarnos y aparentar, mientras, que somos personas normales, equilibradas y maduras que no caen en obsesiones ni entrometimientos. Esta dualidad entre el YO superficie que hace cosas pero en armonía (normalmente) y el YO interior, que está por encima de la superficie y dentro de ésta y detrás y en todas partes, y que ni siquiera se explica con absurdas palabras… Esta dualidad convertirá al mundo en un maldito manicomio gigante. Qué coño, ya lo ha hecho. Qué diferencia hay entre saludar y sonreír a un vecino, hacer que eres un astronauta o estornudar en un pañuelo. En realidad esto no tiene ninguna importancia salvo en los días impares cuando el cielo está despejado y hace viento frío. Pero la intuición es peligrosa. Me entristece incluso antes de que se deje corroborar. Venga. Que alguien me sorprenda.

7

Hoy he vuelto a soñar cosas extrañas. No sé si son las milagrosas plantas medicinales de mi terraza o consecuencia del cambio de tiempo. En fin:

El viernes estaba (con muchísima gente, ese “todos” tan frecuente y desconcertante de los sueños) en un enorme anfiteatro que daba al mar; situado en un pueblo costero, supongo que español. El anfiteatro parecía más una presa de contención o una mitad de coliseo, puesto que no había escenario en frente. Estaba abarrotado y era por la tarde. No sé qué diablos hacíamos allí; el entorno sonaba a pasado próximo y parecía una visita escolar. Fui al baño y cuando volví, todos habían marchado al centro del pueblo a ver fuegos artificiales (reminisciencias 5 de noviembre). Me dirigí para allá y me encontré a X. Quería hablar con él así que me pareció obvio decírselo. Llevaba un bote de Nesquik y una fregona. Nos colamos en una casa que había en un lateral del anfiteatro. Se quedó en el salón y yo fui al baño porque estaba comiendo y no me apetecía hablar como un cerdo. Intenté lavarme los dientes pero dos de ellos (los incisivos) estaban cubiertos de encía, así que tuve que rasgar y se me hicieron trizas y sangré como un niño pequeño pero al final acabé limpio. Salí al salón y X estaba fregando el suelo porque se le había caído un poco de Nesquik. A mí me parecía sólo una excusa para no hablar. En fin, como había trabajado este verano podía ayudarle. Comenzamos a fregar las paredes y hablar de tonterías (le dije que trabajé por un sitio por el que paseamos hace tiempo, y dime tú qué hacía X en Londres). Volví al baño a hacer pis. Tenía (el baño) forma de ele gorda: al entrar encontrabas el lavabo a tu izquierda y el retrete a la derecha; al doblar la esquina (perpendicular al retrete) había unas toallas, y al fondo de esa ala la bañera. En fin, estaba meando y de repente veo cómo se agitan las toallas. Voy hacia el lavabo y noto cómo alguien está escondido detrás de ellas. Me despierto del sueño con una sensación muy rara: como si ese detalle hubiera escapado de mi inconsciente. Como si no fuera mío, vamos. No tenía sentido.

El de esta noche me gusta más. Creo que tiene que ver con El cartero siempre llama dos vecesy la visita de Obama a Indonesia. Resulta que viajaba en el tiempo a un momento concreto: dos jóvenes, chico y chica, estaban tumbados en la orilla de la playa de noche. Las olas comenzaron a agrandarse y la marea subió: era un tsunami recién empezando. La chica, en vez de levantarse, pidió al chico que por favor se quedara con ella ahí. Ambos siguieron tumbados, arrastrándose por las olas e intentando sobrevivir. Cuando la situación se hizo insostenible (me encanta esta frase), yo intervine y ayudé (aunque supuestamente no pudieran verme) y por fin pudimos salir; pero fue horrible y nos costó muchísimo, pensé que iban a morir. La chica era mi madre. El chico debía ser mi padre, pero no le reconocía. Creo que fue una prueba de amor. Luego me trasladé a un nuevo colegio y no ocurrió nada del otro mundo, salvo algo bastante gracioso que ya contaré a Laura cuando la vea. Los baños daban asco y todo era rústico. Antes de eso hay algo más, algo genial y maravilloso que ya no puedo recordar. Sólo pienso en una casa vieja en un pueblo rodeada de árboles y olor a invierno. 7 de noviembre.

14

 

Me he levantado con el cielo gris. Los cielos grises son preciosos. Me suelen revitalizar y hacerme feliz; es como si no esperaran nada de mí. Cuando el cielo está despejado y hasta el sol sale parece que debemos sonreír y me agobia. Ahora el cielo está gris y los colores de los edificios contrastan más. Mediados de noviembre. Hoy es el cumple de Bea. El año pasado hablaba aquí de los cumpleaños de Gabi y de Bea y parece que fue ayer. En todos los sentidos. Estar entre cuatro paredes me va a acabar matando. Hoy he soñado que me transladaba a una universidad bastante extraña en la cima de un conjunto de colinas que bordeaban la costa atlántica; y desde arriba había enormes acantilados que se unían al mar por estuarios y rías y todo era gigantesco y sublime y soplaba el viento que olía a océano. Fellini consiguió bien describir los sueños. Recuerdo que nunca encontraba mi clase y que casi siempre acababa en el acantilado, andando lenta y fatigosamente. Todo era peligroso pero tan bonito. Luego estábamos en una especie de San Rafael con un chico y una chica que ni existen y que al parecer eran nuestros amigos. Yo le decía a él que me recordaba a mí mismo con Cris hace dos años (la chica también se llamaba Cris). El chico hasta lloraba de la risa con ella. Vinieron a hacerle una entrevista a Elena para una academia de inglés y salió una chica en bata. Luego había un asesino que hacía el amor con una modelo que sacaba los ojos a sus compañeras mientras dormían para que sólo ella captara la fama. Ambos participaban en una película pasional que se rodaba en una capital ex-soviética donde todos los edificios eran modernos y tenían cristales; y había estatuas y árboles y huelgas y coches. En la universidad del Atlántico, cuando corría hacia mi clase porque me perseguía un maníaco sexual (casi me mata pero se me olvidó comentarlo arriba), crucé un parque cubierto por estudiantes fumando y hablando de lo que sea que estuvieran hablando y me tropecé y toqué tu mano y me ayudaste a levantar. Ni siquiera existes, pero me gustó. Putos domingos. Debería hacer cosas y me dedico a recordar momentos oníricos y a pensar en gilipolleces.

24

Hoy en el gimnasio he recordado de repente lo que soñé, a propósito de lo que escribió Inma en el fotolog (cosa rara). Y, como cualquier recuerdo onírico posterior al despertar, sólo soy capaz de concebir la sensación. Resulta que era mayor y tenía mi vida y mi bagaje culturalsexual etc., y de repente, en un momento determinado, recordaba mi juventud (o sea, ahora) y me entraba muchísima nostalgia. Tampoco es que me deprimiera al pensar que ya no era joven; simplemente echaba de menos por un momento esta extraña libertad, mezcla entre inconsciencia e impaciencia. Me ha gustado. También me ha gustado la biblioteca central, aunque tantos libros me han puesto nervioso. Aun así iré allí a estudiar algún día. Quizá me mude de aquí. Poco a poco.

Me ha encantado Harry Potter. Lloré como un idiota cuando Shacklebolt y Lupin se enfrentan al llegar a la Madriguera para asegurar sus verdaderas identidades ante la existencia de un traidor, preguntando KInglsey que cúales eran las últimas palabras que Dumbledore les dijo antes de morir (“Harry es nuestra única esperanza”). Echo de menos a Sara y me habría encantado que la hubiéramos visto los cinco. En fin. [Thinkgreeen el 24/11/2010 Pues hagámoslo, jo..]

26

Dormir se está convirtiendo en lo mejor de mi vida. Ay. Puede sonar triste pero dos cojones. Mis sueños son jodidamente interesantes. Cuando me levanto a beber agua o a lo que sea sólo tengo en mente VUELVE A DORMIR para poder continuar.

Ayer fue algo de lo más raro: conocía, gracias a mi madre, a los escritores de Anna Karénina; una pareja de 65 o así (muy bien conservados, creo que se hicieron la cirujía) que escribieron la novela en los años 60. Yo estaba muy impresionado y decepcionado, vamos: ¿cómo podían escribir mil páginas tan jodidamente decimonónicas en los años 60? Me sentía timado. Pero los escritores eran simpáticos y tenían pinta de sabios. Pusieron “Tolstoi” como firma porque así se llamaba su viejo vecino. En fin, hoy he soñado TRES cosas (en once horas xD), cada una igual de apasionante. Apenas me acuerdo, claro. En una de ellas, aun así, viajaba a un campamento enorme (parecía el colegio donde Laura le dijo a Victor que no le correspondía) con mis amigos y aparecía más gente (a la que también conocía, al parecer). Ese primer día todo el mundo jugaba a deportes, y yo estaba fumado y no paraban de lanzarme pelotas y mierdas y yo las devolvía a donde podía. No paraba de reírme como un subnormal. Al ducharse se necesitaba de un LIBRO, al igual que en nuestra lógica se necesita de una toalla para secarse. Yo sólo tenía un libro de ilustraciones y pensé que no servía, pero sí lo hacía (y cuando me di cuenta, me reí también). Me encantan los cambios de lógica en los sueños. Son increíbles.

Del segundo apenas me acuerdo aunque creo que algo nos perseguía o que alguien tenía poderes; y recuerdo que caminábamos por un camino. El tercero era largo y complejo y apenas recuerdo detalles, pero mi padre, mi hermano y mi tía (que ninguno de ellos existe, claro) tenían una enfermedad parecida a la tuberculosis aunque mortal, y por mucho que tomaran medicamentos (alguna droga, creo que barbitúricos) iban a morir igual. No sé si a mi padre le hice yo morir a propósito y luego igual a mi hermano (creo que eran asesinos). En realidad no sé si yo pertenecía al sueño, porque no era de terror. Mi punto de vista era distante y FUERTE. Recuerdo acompañar a Mariluz y Paula a coger un autobús en coche mientras esperaban Laura Albaladejo y no sé quién más a pedir en la barra de un bar. Creo que al final yo también acababa muriendo de esa extraña enfermedad familiar: a la puerta de mi casa, cerrada por el resto de mi familia, tosiendo sangre como un loco bajo la luna llena.

Era bonito.

 

27

Hoy es el cumpleaños de esta monada que sale en la foto. De verdad, es una monada. Como un peluchito. Tengo muchas clases de amigas, claro, y Laura pertenece al grupo “monadas”, con Flu y Gata. Laura es la monada suave. Tiene ojos de pajarito y voz de niño gordo con gafas. Antes llevaba una trenza y se la cortó por algún tipo de razón. Cuando la conocí por primera vez, me dijo que yo era muy “setheniano”. No tiene nada que ver con la imagen actual que tengo de ella. Duerme con las gafas (o al menos se ducha con ellas) porque tiene como 13 de miopía. Cuando quiere decir muchas cosas a la vez se traba y pierde la paciencia. A veces se pone a reír, o dice “jo Daniel” o agacha la cabeza. Casi nunca se deja hacer fotos. Cuando conoció a Mariluz y Paula, en mi terraza, se escondió porque estaba fumando un porro y le daba vergüenza que vieran cómo lo hacía. Siempre compra tabaco aunque fume poquito. En Lisboa, mientras Mariluz testaba la experimentación húngara, Laura y yo hablábamos de nuestras vidas perras mientras fumábamos Lucky comprado por monedas que encontramos en una silla de una discoteca hortera frente al Estuario. Estaba muerto de hambre pero se me pasó. A veces, Laura se pone a cantar. Acompaña el canto con movimientos sigilosos y palmas. Es una monada. Una verdadera monada. Me recuerda a algo blandito que emite sonidos dulces e inocentes. Pero no sólo es suave. Es como un cervatillo atrapado por una trampa. La está matando pero no sabe qué hacer. Necesita que alguien se la quite. El problema es que nadie pasea por el bosque. Seguro que si alguien pasara, hasta lloraría de la pena que el cervatillo da. Pero siempre acaba pasando alguien. ¡Siempre!

Diciembre

5

Mi madre quemaba hojas en una maceta y el cielo estaba gris. Siempre acabo en ese espacio… he llegado a la conclusión de que todo es lo mismo. Desde la playa hasta el campamento, todo está igual: abandonado, destrozado, bajo nubes negras y chillidos de fuego. Y nosotros corremos, corremos sin saber a dónde: simplemente avanzando, escapando de lo que sea que nos persigue. A veces nos detenemos en un sitio concreto y ocurren cosas. Laura murió. Inma se suicidó tirándose por una ventana. Pero nosotros debemos seguir avanzando. Sólo hay jóvenes que huyen, se pelean, roban, matan. Yo tampoco estoy muy nervioso. He llegado a aceptar la situación, y me consuelo con mantener a los que están conmigo a salvo (por eso que murieran me turbó). Y al despertar hay una humareda enorme en la terraza y mi madre mete papeles en una gran maceta que arde y arde. El humo contrasta con el gris del cielo: niebla que abraza todo como un manto. A veces siento claustrofobia sólo con mirar hacia arriba y ver nubes. Entonces hasta mi nenúfar se apiada y deja de quejarse. Nos abrazamos, aquí dentro, y me acaricia con sus hojas. Luego se acaba y volvemos a lo mismo.

Tengo ganas de algunas cosas: hablar con Leilani (¡hablar! En inglés o en español, pero poder hablar de verdad), ver a mi hermana, tocar la arena de la playa. Queda tan poco que me sorprende. El 2010 se va. Empezó ayer con Inma (y su voz resacosa) diciéndome a la hora de comer que sería nuestro año. Al menos, se cumplió a medias. Supongo que basta. [L_artpourl_art el 08/12/2010: Supongo que cuatro meses de un año no está mal y el 2012 será el tuyo así que no te preocupes. El 11 no estará mal. Es como 11, hemos sobrevivido al 10. A mí no me apetece que se acabe y no quiero suicidarme, pero como esas cosas no se planean, si algún día pasa no te sientas culpable y piensa que me mantuviste muchas veces a salvo. A ver si te veo el viernes]

18

Hoy he soñado cosas. Me he levantado lleno de energía onírica.

La primera parte ha sido bastante traumática. Había una especie de reunión multitudinaria de estudiantes de todos los países del mundo. Puede que se integre dentro de Paisajes Apocalípticos (otros espacios oníricos pertenecen a este lugar) o a la U.C., sitio del que hablaré luego. En fin, hacía buen tiempo y estábamos en la ladera de una montaña que se bañaba en las aguas de un gran río. La gente hablaba y reía y se metía en el agua. Entre la multitud, un puñado de chavales rubios y algo pálidos (creo que eran de Suecia) se dedicaban a corretear con unas pistolas láser que emanaban un brillo de diferentes colores hacia los ojos de los demás. Al cabo de un rato el pánico comenzó a desatarse entre algunas grupos: había personas que desaparecían, normalmente después de ser señaladas con las pistolas. Nadie parecía darse cuenta. Yo comencé a entender lo que estaba pasando; observaba cómo los colores cambiaban según la nacionalidad de las personas. Los chicos, altos y fuertes y con las típicas caras de sociópatas de los niños ricos con más dinero en la cartera que neuronas en el cerebro, jugaban a cazar extranjeros. Según la nacionalidad, ganaban más o menos puntos. Después, cuando los habían marcado con la pistola, los asesinaban. La luz para los españoles era roja. Uno de ellos intentó apuntarme, pero yo me tapé los ojos y forcejeamos hasta que al final lo consiguió. Mariluz y Virginia no me tomaban en serio; decían que estaba siendo demasiado paranoico, que no había por qué preocuparse, que sólo estaban jugando. En cambio, Álvaro, Inma y Paula estaban más dispuestos a creerme. Aun así les convencí a todos y nos dirigimos a una pequeña torre blanca alejada del grupo. De inmediato, vimos a unos cuantos rubios asesinos dirigirse hacia nosotros. Venían a por mí. Creo que después de eso, Álvaro, Inma y Paula desaparecieron (no sé si se acobardaron o discutieron conmigo xD) y Mariluz y Virginia, que habían dudado de mí, me apremiaron para que nos escondiéramos en la torre. Subimos las escaleras y ellos iban detrás de nosotros. Teniendo a Mariluz y a Vir delante de mí, y a ellos a pocos escalones, no se me ocurrió otra cosa que pararme, coger un extintor y amenazar al primer sueco que había. Se rió y no me tomó en serio, así que se lo tiré al a cabeza y se calló por la ventana. Las paredes de la escalera de caracol tenían bastantes extintores, así que al final conseguí espantarles a todos y sobrevivir. Me sorprendió bastante.

Este sueño tiene relación con varias cosas: la influencia de Hostel, temática con la que ya he soñado más veces, es notable. Además, ayer vi en un bar que en la TV ponían La venganza de los Sith; de ahí quizá las pistolas con láser.

Después la acción cambió y se localizó en una universidad algo antigua en medio del campo que se llamaba Universidad de Carly, o Así Carly, o algo relacionado con Carly. Carly no estaba ahí, pero al parecer fue modelo de referencia o fundadora o algo y su nombre se quedó en la institución. Estaba orientado, especialmente, a estudiantes estadounidenses. Pasaban cosas sin importancia relacionadas con el transporte en autobús hacia allí y la cocina y el salón. Una chica dormía pegada a la pared de la cocina, y recuerdo que tenía que subir una escalera que estaba justo cubriendo su cama para pasar a una habitación donde un chico dormía (me mandaban decirle algo y tenía que hacerlo, pero por propio interés). Al final, obviando que me he saltado una segunda parte por autocensura, me dirigí a una habitación. La ducha estaba abierta y todo el suelo aparecía prácticamente inundado. Llamaron a la puerta y apareció uno de los conserjes, un egipcio calvo con lengua de serpiente, que avisó a la policiía y nos acusó de haber vaciado el depósito de aire abriendo la ducha tanto tiempo. Yo no entendía qué cojones significaba eso cuando todo el suelo estaba inundado. Pensé que ése sería el problema. Aun así, cuando la policía llegó, casualmente pillaron a unos estudiantes que trafiqueaban y delinquían, algo así como la mafia en el campus, por lo que el decano decretó día de supermercado gratis y toda la universidad se llenó de estantes de los que la gente podía coger cualquier cosa. Al día siguiente nos volvimos a Madrid. Bea casi no me dejó montarme en su coche, que conducía Leilani.

En la UCLA, un supermercado se habilita exclusivamente para los estudiantes un día concreto. Supongo que de ahí habré sacado lo del supermercado. Ay, me lo he pasado muy bien durmiendo.

22

Lapsus de dos semanas para intentar ser feliz al otro lado del océano. Hoy ha sido una noche entrañable: nosotros, con nosotros, entre nosotros. Poco posible decir más. Elena dijo:

“Esta es la historia de 12 vidas y sus factoriales personalidades escondidas (psicopatía ! ). De algún modo extraño se juntaron, vaya usté a saber por qué razón. Una se creía novia de quarterback y acabó llevando coleópteros de excursión a Cortylandia. Otro, que iba para gordo con monóculo, terminará paseando desnudo en bicicleta defendiendo los derechos de las pipas de kiwi. Una prometedora Kournikova ha acabado por conseguir que el tiempo no pase por ella, o pase demasiado. Y múltiples huecos capilares afectaron a otra, hasta que se largó a crear pelli genéticamente modificados que obedecen órdenes de “sienta”, “hazte el muerto”, “dame la patita” y “¡mátalo!”. Mamá es mamá drogada, aunque cada vez se permite menos lujos, porque los años no pasan en balde. Y a un(a) neóptero con pelos y sin alas cada vez le va más el rollo mosca. De barbilampiño, otro, pasó a ser lo opuesto a Mahatma y a predicar la guerra amorosa y susia por culpa de unos campesinos que huyen y un “oh, maestro”. La guitarra con pies habla con la cabeza y en el fondo lo que le gusta es Camarón, por eso mira mal a otros acordes porque son más acordes que ella. Tenemos también vidas reencarnadas pero que parece que esta vez es la definitiva, porque no hay contratiempo que desvanezca tanto poderío y tantA carisma como tiene un par de quemazones y un moretón gigante. De bichos anda la cosa, pero el bicho real acaba siendo menos bicho, y sólo en algunas tomas se cree moUUnstrUo. Y por último, pero no menos importante, un híbrido de varias cosas (¿) con lente, rosebud, ex-melena reconvertida pero desterrada y su inseparable amiga M.

Además, a todo esto se le une algo venido de cerca del trópico dibujado con línea discontinua (que se puede adelantar, y bien que se adelanta), que dijo querer participar de la orgía emocional.”

Feliz Navidad [sic].

 

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Empieza algo y termina una etapa. Lo noto. No para de llover y estoy triste, como si me despidiera. En realidad termina el año y terminan muchas más cosas. Lo [a]noto. Terminan y empiezan. Termina lo mío, lo antiguo, lo de siempre. Tenía que terminar alguna vez, pero aun así sorprende por lo volátil del cambio. Ya dije que fue ayer cuando Inma me dijo que este, el 2010, sería su año. Quizá el 2011 también sea el mío. Pero que sea el mío, MI año, quiere decir que muchas otras cosas se excluyen. Es extraño. Me toca un año más largo, más viejo. Fumaré el último cigarro y el aire vendrá cargado de gritos y risas forzadas de más de medio mundo.

Feliz año nuevo.