Leo

¿La balanza del deseo amoroso tóxico entre dos? Unx se apropia del misterio de lx otrx y, mostrando esa apropiación, atrae hechizando. Se ha ido el chico músico free spirit cuya sonrisa me recordaba a Andrés y vuelve a haber ruido: el ruido de la ansiedad eufórica (todxs maniacxs). Isshan ve vídeos de autoayuda – digo, de lecciones de guitarra-, y Leo repite melodías tristonas persiguiendo una pasión que se le escapa. Carmen hiberna y reposa para que su cuerpo no se quede atascado. Y yo me aburro. Hay un ventilador en el techo algo descolgado que hace un ruido peculiar, como de un colchón con muelles.

“¡Yo también pensaba que era imposible! Sigue trabajando. Rock it!” No te pares ni un poquito. Sigue perfeccionando tu evidente imperfección. ¿Que no funciona? Quedan los esqueletos: repite, aisladx; performa la metáfora del encuentro con el cuerpo que nos libera de la ansiedad: la repetición (respiración) de sonidos (vida) que termina por aportar fluidez musical (felicidad). Nos la cuelan por todos lados. “¿Cómo se alimenta al monstruo del vacío? Por error, supongo.”

Cómo explicarle a alguien sin enfadarle por la invasión: convirtiéndote en receptorx de lucidez que se transmite por teatros. No debería ser una opción en tu test para encontrar a tu yo perfectx; la opción, quiero decir. Últimamente, he podido pensar: no colaboro en sus ansiosas cegueras con el tabú (sin traerlo al flujo meta de lx otrx) puesto que desde adentro el tabú está vacío y desde fuera es solo una categoría para paliar el desgarro. Cuántas somos enganchadxs a los canutos (y/o a la virtualidad, y a tantas cosas). Al final es lo único que permanece: desde el principio hasta el fin, el humo de un proyecto metonímico de lo colectivo que se esfuma.

If you do so do I.”

A menos que coincida tu vida con cierta película, el amor estará eternamente despoblado de lugares comunes. Diciéndote “puedo soportarlo” (¿porque merece la pena?) dices en realidad: “elijo esta escena para que se oficialice”, porque anhelo el aura del amor de X, esa conexión que parece no agotarse en la niebla viscosa de este siglo. Lo reconozco: eso no es mío y nunca lo será. De hecho, lo detesto – o al menos como institución, como ejemplo de ley, como trampa, como bucle, como hechizo maldito, como abandono, como sufrimiento, como agarre sumiso -. En realidad siempre fue un enemigo… si es que siempre hay una guerra. Qué locura. Que con todo esto el canal-filtro de deseo erótico/voluntad excitante/potencia planificadora esté abierto. Este “tipo” de *amor* es una llave a una dimensión esquizofrénica. ¿Hay amantes que dicen amarse? ¿Que se dan cuenta? ¿Que no se matan o se encierran? ¿Lxs hay? ¿Que se juntan para luchar y divertirse? Por la Gran Cachondea que lxs haya. Espero que sí.

La desmotivación es psicótica. La motivación en cadena directamente es psicópata. Me gusta el calor de los cuerpos. Y volar en el atardecer del mar. Yo decía en ansiedad eufórica: quiero la dosis completa de cada detalle de este tiempo-espacio para que me arrolle como una ola el temor a la lucidez (acidez de luz).

/ en reminiscencias de niebla bucle mente vincula la ansiedad a sucesos tiempo real descuidar porque eres vidente /

¡Imagíname en un museo! Imagíname ahora como el mapa de un museo desde el cielo. ¿Bien? Buen trabajo.

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La imagen: un campo cercado con forma ovaloide, como una cabeza alargada. Crece una maleza grisácea que pincha y no tiene frutos; su reproducción se maquinizó a través de una inyección así que crece y crece y crece. Le inyectan *SÍ* a la melaza para que crezca, pero tampoco hay malezas como rascacielos (rascacielos de maleza) porque cada jugadorx va sobre una balsita de tamaño obligatoriamente variable que engulle ante el contacto la maleza que crece.

Todo lleno de maleza que crece y de jugadores que se trasladan saltando y comiendo o haciendo desaparecer dependiendo del apetito la melaza, que de otra manera (importante) quema, pincha, envenena… de todo. También pueden desplazarse horizontalmente si sus balsas se lo permiten. Objetivos: jugador – expandir el tamaño de su balsa (mil teorías de cómo pero nadie segurx); equipo – engullir todas las malezas a la vez para verse.

El juego no termina nunca. Es complicado verse entre tanta maleza.

 

(Rabat, 2015)